Reportaje:

Tregua en la larga guerra del taxi

Los 18.000 conductores profesionales estrenan en septiembre las primeras reformas de un sector en crisis

La ya vieja batalla que libran los taxistas madrileños contra el Ayuntamiento y la Comunidad no ha cesado. A plazos y por entregas, cada cierto tiempo se abre un capítulo más en un enfrentamiento que ha dejado huella. El saldo suele ser, casi siempre, el mismo: descontento generalizado en el sector del taxi. Esta vez, sin embargo, el Ayuntamiento ha cedido a varias peticiones de las asociaciones: la subida de las tarifas, la implantación del área unificada, la exhibición de publicidad en los coches y la expedición de tarjetas profesionales para desterrar el intrusismo, que tantos problemas h...

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La ya vieja batalla que libran los taxistas madrileños contra el Ayuntamiento y la Comunidad no ha cesado. A plazos y por entregas, cada cierto tiempo se abre un capítulo más en un enfrentamiento que ha dejado huella. El saldo suele ser, casi siempre, el mismo: descontento generalizado en el sector del taxi. Esta vez, sin embargo, el Ayuntamiento ha cedido a varias peticiones de las asociaciones: la subida de las tarifas, la implantación del área unificada, la exhibición de publicidad en los coches y la expedición de tarjetas profesionales para desterrar el intrusismo, que tantos problemas ha causado en el colectivo.

"Es cierto que muchas cosas se han ganado, pero aún quedan varias más que están pendientes y que están en el Libro Blanco del colectivo", explica Juan Sánchez, el presidente de la Federación Profesional del Taxi, que agrupa a unos 4.500 taxistas. Se refiere a un extenso informe elaborado en 1996 por una consultora contratada por el Ayuntamiento, y cuyo diagnóstico revelaba la situación de los taxistas madrileños en aspectos como la jornada laboral, el número de licencias o las subvenciones. Contenía también una serie de recomendaciones encaminadas a mejorar el trabajo de los profesionales del taxi.

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Juan Sánchez detalla poco a poco cada uno de los puntos que ha "ganado" el colectivo de taxistas y también los que quedan por alcanzar. "La expedición de la tarjeta profesional ha sido un gran paso porque nos ha permitido saber en realidad cuántos somos y ha servido para que afloren los que infringen la ley y sacan provecho de ello", señala. Este periódico intentó, sin éxito, conocer la opinión de la Asociación Gremial del Taxi, la más numerosa del colectivo.

Requisitos

La Federación maneja una cifra de aproximadamente mil taxistas que no han regulado su situación y para lo cual cuentan con seis meses de plazo. UPT-UGT, otra de las asociaciones de taxistas, dice que son 400 las personas que no cumplen todavía los requisitos para obtener la tarjeta profesional. Entre otros, dedicación exclusiva y estar dado de alta en la Seguridad Social como taxista. En una reunión realizada el pasado viernes entre representantes de las principales organizaciones profesionales del sector y el director municipal de servicios de Transportes y Aparcamientos, José Manuel Pradillo, se comprobó, sin embargo, que ya casi todos los taxistas tienen la tarjeta profesional. Hasta el viernes se habían entregado 14.041 tarjetas a los dueños de licencia (15.500) y 3.000 a los asalariados. Pendientes por recoger estaban 1.850. En esa misma reunión se trató la legalización de la publicidad en los coches, otro antiguo requerimiento de los taxistas madrileños. Después de una intensa jornada se acordó, por fin, que los taxis podrán llevar anuncios publicitarios en la parte metálica de las dos puertas laterales traseras por debajo de la superficie acristalada, y que el ingreso para un conductor por este servicio será de 10.000 pesetas mensuales. "Lo de la publicidad no es ninguna panacea, porque en principio no la podrán llevar todos los taxis, y tendrá que hacerse por sorteo", aclara el presidente de la Federación Profesional del Taxi. Para regular todos los asuntos relacionados con la publicidad se creará una comisión integrada por dos miembros de cada asociación y otros dos del Ayuntamiento.

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"Ahora lo que queremos es que se cumplan las cosas que hemos acordado", pide Sánchez.

La expedición de la anhelada tarjeta profesional y la publicidad en los coches parecen ser los principales puntos a favor de las asociaciones de taxistas. Aunque también se logró un incremento en las tarifas desde el pasado mes de julio y la extensión del área unificada, algunos de ellos todavía se muestran insatisfechos con las medidas. Juan Sánchez cree que el aumento en las tarifas no se corresponde con las condiciones con que a diario se enfrenta un conductor profesional en las calles madrileñas. "Habíamos pedido un 11% y sólo conseguimos un 4,1%", explica. "El concejal de Circulación prometió otro aumento a final de año, vamos a ver si se cumple. De momento no hay una satisfacción general en torno a ese tema", comenta. Lo que también inquieta a los profesionales es el número de taxis que actualmente circulan por Madrid. "Hay muchos taxis y pocos clientes", dice Luis Fernández Santos, de UPT-UGT, asociación que agrupa a 1.800 taxistas. Él es consciente de los problemas que implica para el sector la elevada oferta de vehículos de transporte público y cree que la mejor solución es que el Ayuntamiento compre las licencias a los trabajadores que van a jubilarse. Juan Sánchez considera, al respecto, que deben buscarse otras soluciones. "Yo creo que en principio, antes de acabar con los puestos legales, habría que empezar por Pasa a la página siguiente

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sacar a los ilegales", afirma. La mejor adecuación de las paradas de los taxis, la reducción en la circulación de los vehículos privados, la inclusión en el Consorcio Regional de Transportes, una normativa de homologación de los taxis más "beneficiosa" para el colectivo y varias reformas al proyecto de ley de ordenación de transportes urbanos, así como 15 días de vacaciones en agosto son algunos de los puntos que reposan en la amplia lista de solicitudes del mundo del taxi en Madrid.

Parasoles en las paradas

La Federación Profesional del Taxi ha pedido al Ayuntamiento lo que ellos consideran una "dotación básica" en las paradas de taxis. Parasoles, asientos, paneles con información sobre el sector, evacuatorios públicos y hasta máquinas expendedoras de refrescos forman parte de los requerimientos. En la reunión del pasado viernes entre los representantes de los sindicatos y el director de servicios de Transportes y Aparcamientos, José Manuel Pradillo, también se mencionó este tema y se presentó un primer borrador en el que está descartada, en principio, la máquina expendedora de refrescos, según Juan Sánchez. La principal preocupación de las asociaciones tiene que ver, no obstante, con las reformas al reglamento autonómico del taxi.

En este sentido, tanto la Federación como UPT-UGT han presentado una propuesta conjunta ante la Comunidad -que prepara una nueva ley- para que se conserve el espíritu del reglamento vigente, que estableció el Ministerio del Interior en 1979.

"En aquel entonces fue un gran paso el que se dio. Ahora queremos que el taxi siga siendo una herramienta de trabajo autónomo, que las licencias estén a nombre de personas físicas y no de empresas, y buscar la forma de que la oferta no supere la demanda", explica Luis Fernández Santos.

"Seguimos insistiendo en la dedicación exclusiva como condición para trabajar en el sector y que se mantenga el trasfondo social del reglamento. Que no vaya en contra de nosotros", agrega Juan Sánchez.

Las tres asociaciones tendrán plazo hasta el 15 de septiembre para presentar sus alegaciones al proyecto de ley, cuya aprobación está pendiente en la Asamblea a finales del próximo mes.

Las acciones de la Federación estarán encaminadas en los próximos meses hacia la Comunidad, a la que en reiteradas ocasiones han pedido que les incluya en el Consorcio Regional de Transportes para recibir así más subvenciones.

"Tan sólo el Ayuntamiento se ha comprometido a subvencionar el sector con 500 millones de pesetas en cinco años. La Comunidad no ha dado ni un duro y debería ser sensible a nuestras peticiones porque nosotros aportamos unos 18.000 empleos al sector", comenta Sánchez.

La otra gran preocupación de los taxistas es la normativa de homologación de los taxis por parte del Ayuntamiento. La Federación y UPT-UGT solicitan para los coches una garantía de dos años o 150.000 kilómetros, así como vehículos más amplios que permitan la instalación de mamparas que algunos no llevan por considerarlas "incómodas".

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