Cartas al director

Sobre el posnacionalismo

Leí atentamente el artículo de Opinión de Ramón Jáuregui, secretario de Política Autonómica del PSOE, en EL PAÍS del 5 de agosto. El sugerente título auguraba una diversa trama interna, después de la lectura no sé si el "posnacionalismo" era un momento al que se tenía que llegar, o ya estamos en dicha época. Por otra parte analizaba el contexto actual de los nacionalismos, palabra que en parte está bien empleada, pues hay muchos "na(z)ionalistas" enfermizos como Rahola o Rodríguez Ibarra, y en parte está mal empleada porque hay "regionalistas" como Pujol y Duran Lleida. Estoy de acuerdo con el...

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Leí atentamente el artículo de Opinión de Ramón Jáuregui, secretario de Política Autonómica del PSOE, en EL PAÍS del 5 de agosto. El sugerente título auguraba una diversa trama interna, después de la lectura no sé si el "posnacionalismo" era un momento al que se tenía que llegar, o ya estamos en dicha época. Por otra parte analizaba el contexto actual de los nacionalismos, palabra que en parte está bien empleada, pues hay muchos "na(z)ionalistas" enfermizos como Rahola o Rodríguez Ibarra, y en parte está mal empleada porque hay "regionalistas" como Pujol y Duran Lleida. Estoy de acuerdo con el señor Jáuregui en que las autonomías históricas, en la actualidad y comparando con la era del franquismo, disfrutan de bastante poder para poder legislar en sus respectivos parlamentos, gracias a una cosa llamada "Constitución", que al mismo tiempo es el problema fundamental que se halla. De esta guisa, el señor Jáuregui afirma: "Hemos votado... la Constitución y la hemos aprobado". Seguramente, el señor Jáuregui se siente joven, y los últimos veinte años le habrán pasado muy rápidamente. Las personas que votaron la "Constitución" en 1978 estaban a favor de un cambio hacia la democracia, a la par que en el resto de Europa, pues se necesitaba una afirmación de los derechos humanos. Pero hubo personas que no la votaron, personas que querían ampliar más las libertades, o personas, como yo, que eran menores de edad o los que aún no habían nacido. Aunque haya personas que no se lo crean, el mundo no para, y el panorama del Estado español ha cambiado. Aquí podrían entrar las batallitas de los progres de Mayo del 68: "Oye, que hoy día vivimos muy tranquilos, comparado con...". ¡No puedo opinar! Pues "votamos partidos y programas casi cada año y confirmamos así nuestro marco jurídico y político". Así que has de votar a los partidos, pero los partidos no pueden modificar la Constitución, porque en este tema "España va bien" para el señor Jáuregui. Se le ve el plumero cuando dice que la soberanía reside en el "conjunto" del pueblo español. ¡Qué bien! También los progres niegan la voz a las minorías, es decir, que si vives en casa con otros 16 familiares, a los que quieres mucho, a la hora de querer independencia son 16 contra 1. Claro que estamos en democracia, y, para más inri, constitucional. Dentro del círculo vicioso, ¿quién determina el futuro, las personas o el azar?- . .

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