Tribuna:

Una decisión oportuna

La decisión adoptada por la Comisión Ejecutiva Nacional del PA de no sumarse a la Declaración de Barcelona ha sido un acierto. Que, al mismo tiempo, haya rechazado expresamente la fórmula de Estado Confederal propugnada por los nacionalismos catalán,vasco y gallego en el documento de trabajo anejo a aquella declaración, lo ha sido todavía más. Nada tiene que ganar Andalucía con la Declaración de Barcelona y si no gana Andalucía, es imposible que acabe ganando algo un partido andalucista. Así de sencillo es el razonamiento. Está claro que en los próximos años se va a intensificar la presión pa...

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La decisión adoptada por la Comisión Ejecutiva Nacional del PA de no sumarse a la Declaración de Barcelona ha sido un acierto. Que, al mismo tiempo, haya rechazado expresamente la fórmula de Estado Confederal propugnada por los nacionalismos catalán,vasco y gallego en el documento de trabajo anejo a aquella declaración, lo ha sido todavía más. Nada tiene que ganar Andalucía con la Declaración de Barcelona y si no gana Andalucía, es imposible que acabe ganando algo un partido andalucista. Así de sencillo es el razonamiento. Está claro que en los próximos años se va a intensificar la presión para redefinir la estructura territorial del Estado construida a lo largo de estos casi veinte años de vida de la Constitución. Redefinición que se pretende hacer no a través de una reforma expresa, sino de una reforma "tácita" de la Constitución. Eso es lo que significa la Declaración de Barcelona. Esto es lo que ha venido a decir esta misma semana el Lehendakari Ardanza. Esto es lo que se está escribiendo en la prensa catalana por columnistas de mucho peso en dicha comunidad. Es de suma importancia, en consecuencia, para todos en general, pero para las direcciones de los partidos políticos en particular, tener una idea lo más precisa posible de qué es lo que se quiere. En el proceso constituyente que alumbró la Constitución estuvo a punto de definirse una estructura del Estado plenamente federal, aunque sin utilizar dicha expresión. El Estado definido en el primer proyecto de Constitución, publicado en el Boletín de las Cortes el 5 de enero de 1978, era un Estado federal. Fue la resistencia de Manuel Fraga y de los poderes fácticos que consiguió movilizar lo que hizo que dicha estructura federal no acabara imponiéndose. Tal vez ha llegado el momento de retomar aquel proyecto inicial de la Ponencia Constitucional y de definir de manera definitiva la estructura del Estado . Y ahí el PA puede tener su lugar. Más aún, debe tenerlo. La decisión adoptada esta semana es un paso importante para no quedar fuera de juego y estar donde debe estar.JAVIER PÉREZ ROYO

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