EL 'CASO MAREY'

Una copa en los salones de Riofrío

Una nutrida concurrencia de magistrados, fiscales y funcionarios del Supremo se dio ayer cita en uno de los salones de la cafetería Riofrío, en la madrileña calle Génova, cerca de la sede del Tribunal Supremo, sobre la una y media de la tarde. La cita pretendía festejar el nombramiento de un nuevo magistrado, Joaquín Jiménez García, cuya ceremonia de toma de posesión como miembro de la Sala Segunda tuvo lugar una hora antes.Entre finos, cerveza y canapés, un tema pasó a primer plano: El fallo de 13 años de prisión para José Barrionuevo y Rafael Vera en el juicio oral del caso Marey. Varios mag...

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Una nutrida concurrencia de magistrados, fiscales y funcionarios del Supremo se dio ayer cita en uno de los salones de la cafetería Riofrío, en la madrileña calle Génova, cerca de la sede del Tribunal Supremo, sobre la una y media de la tarde. La cita pretendía festejar el nombramiento de un nuevo magistrado, Joaquín Jiménez García, cuya ceremonia de toma de posesión como miembro de la Sala Segunda tuvo lugar una hora antes.Entre finos, cerveza y canapés, un tema pasó a primer plano: El fallo de 13 años de prisión para José Barrionuevo y Rafael Vera en el juicio oral del caso Marey. Varios magistrados refirieron en diversos círculos sus actitudes. Gregorio García Ancos se apartó cuando su colega Roberto García Calvo le puso la mano sobre el hombro. García Ancos ha explicado que él, al votar entre los cuatro de la minoría, contraria a condenar a Barrionuevo y Vera, no ha cambiado lo que pensó e hizo en otros casos.

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El magistrado José Antonio Martín Pallín expresó que él, que participó de la mayoría de siete, a favor de la condena de los exaltos cargos de Interior, no propuso el indulto, como trascendió en la noche del miércoles. En cierto momento, al debatir las penas en el pleno, el citado magistrado subrayó que, a fin de cuentas, todos los condenados pedirían el indulto y se les concedería. Esta afirmación de Martín Pallín quizá dio lugar a la versión elaborada de que había propuesto la condena y la petición de indulto en la sentencia por redactar. No fue así.

De la misma manera que García Ancos se ha sentido molesto por ciertas insinuaciones sobre su cambio de actitud en el caso Marey, en relación a otros asuntos en los que participó, otros magistrados también han encajado mal parecidas imputaciones. Es el caso de Candido Conde Pumpido. Su vehemencia en la defensa de la condena, en apoyo del informe del ponente, Joaquín Delgado, ha sido interpretado incluso más en clave de elocuencia política que jurídica. Otras fuentes subrayan su coherencia jurídica en el juicio con las posiciones que mantuvo contra las prescripciones en la fase de cuestiones previas.

Entre los magistrados donde la coherencia también ha tenido peso se encuentra José Antonio Marañón, quien formó parte del tribunal que condenó, en la Audiencia Nacional, a los policías José Amedo y Michel Domínguez, a 108 años de prisión. Tanto en ese juicio como en el del caso Marey, se excluyó el delito de pertenencia a banda armada, condenándoles por asociación ilícita. Pero, a diferencia de esa sentencia, que no consideró acreditada la procedencia del dinero utilizado, el fallo en el caso Marey sí condena a los acusados por malversación de caudales públicos. De ahí que se hablase de un posible voto particular de Marañón para aclarar su posición. El hecho es que el magistrado votó en contra de la condena por malversación a Barrionuevo y Vera.

Al final de la copa también se sumó al ágape el presidente de la Sala Segunda, José Jiménez Villarejo.

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