El alcalde echa en cara a la Generalitat que no financie los nuevos mercados de Barcelona

El alcalde de Barcelona, Joan Clos, fue contundente ayer al echar en cara a la Generalitat su nula contribución en la reforma de los mercados de Barcelona. La crítica, en boca de un alcalde visiblemente enojado, se produjo durante el último pleno del Ayuntamiento de Barcelona, previo a las vacaciones de verano, en el que también hubo otros enfrentamientos dialécticos entre el equipo de gobierno municipal y la oposición -CiU y el PP- a propósito de las cuentas del ejercicio de 1997, que fueron aprobadas con el voto contrario de la oposición.

El tono del debate empezó a elevarse al somete...

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El alcalde de Barcelona, Joan Clos, fue contundente ayer al echar en cara a la Generalitat su nula contribución en la reforma de los mercados de Barcelona. La crítica, en boca de un alcalde visiblemente enojado, se produjo durante el último pleno del Ayuntamiento de Barcelona, previo a las vacaciones de verano, en el que también hubo otros enfrentamientos dialécticos entre el equipo de gobierno municipal y la oposición -CiU y el PP- a propósito de las cuentas del ejercicio de 1997, que fueron aprobadas con el voto contrario de la oposición.

El tono del debate empezó a elevarse al someter al pleno la aprobación del proyecto de la reforma de los mercados de Santa Caterina y la Boqueria. Convergència i Unió (CiU) y el PP criticaron la forma en que el Instituto Municipal de Mercados está llevando la negociación con los tenderos porque todavía no hay un acuerdo concreto sobre cuál será la aportación económica de los propietarios de los puestos de la Boqueria. Las críticas se personalizaron en la presidenta del instituto y cuarta teniente de alcalde, Pilar Rahola. De ella, el concejal del PP Jordi Cornet dijo: "Sólo lía más las negociaciones". En la réplica, Rahola detalló que ciertos aspectos de los proyectos ya estaban concretados, pero que la cuestión de la aportación económica de los tenderos "es algo que se tiene que determinar hablando con cada uno de ellos. No es algo fácil, y menos si en sus visitas se dedican a sugerir a los propietarios de los puestos que apuren el regateo con el Ayuntamiento. Que aquéllos quieran ahorrarse dinero es lógico, pero no lo es su postura de ponernos palos en las ruedas", replicó Rahola. Y añadió: "En realidad, ustedes están encantados con los proyectos de los dos mercados, pero les gustaría que fueran suyos". El alcalde intervino apoyando los argumentos de Rahola y recordando que la financiación de la reforma de los mercados recae en el Ayuntamiento y en los tenderos "porque antes la Generalitat financiaba los mercados en un tercio de su coste". "Barcelona tiene 40 mercados magníficos que son el orgullo de la ciudad y de un gobierno municipal que ha mantenido el diálogo con sus 4.000 tenderos. Aquí lo que ha ocurrido es que, desde este último mandato, la Generalitat ha dejado de financiar un tercio de los gastos. Es decir, que no pone ni un duro". Y en un tono de evidente y desconocido enfado, Clos se dirigió a las filas convergentes: "Aquí lo que se ha producido es un cambio de política que ustedes [en referencia a CiU] intentan disimular". "Y espero que esta política cambie", zanjó el alcalde. Cuentas de 1997 Quedó claro ayer que la oposición de CiU y el PP en el consistorio de Barcelona no comparte, en absoluto, la visión del equipo de gobierno sobre el estado de las finanzas municipales. Ernest Maragall presentó los resultados de 1997 y las inversiones realizadas en este mandato, incluyendo la previsión de lo que resta hasta las elecciones del año próximo. En síntesis, Maragall destacó el esfuerzo inversor del Ayuntamiento, ya que se incrementó en un 25% en 1997 respecto al año anterior y que se había conseguido un superávit de caja que había reducido la deuda en 18.000 millones de pesetas. "El Ayuntamiento se encuentra en un excelente estado económico que permite enfocar el futuro con esperanza", fue el análisis de Maragall. Nada de ello es real, según la interpretación del balance que hacen los grupos de la oposición. CiU y el PP coincidieron en el diagnóstico de que los balances "están maquillados" y que el esfuerzo inversor "es menor porque no se cumplen todas las previsiones". La polémica en las réplicas y contrarréplicas se acentuó al tocar la cuestión del endeudamiento -créditos y financiación- del consistorio. CiU cree que el equipo de gobierno gestiona mal porque mantiene unos créditos con intereses superiores -del 9,59% de tipo medio- a los de otras administraciones. "Naturalmente que se podría rebajar el tipo de interés como está haciendo la Generalitat, que aumenta constantemente su deuda para rebajar su tipo medio de interés", replicó Maragall a Joan Puigdollers, portavoz de CiU. Al portavoz del PP, Emilio Álvarez, Maragall le puntualizó que las cuentas habían sido respaldadas tanto por la intervención como por auditores "que saben perfectamente lo que hacen".

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