Los ministros gallegos desairan a Fraga al no acudir a la romería anual del PP

El PP gallego se ha metido de lleno en su peor crisis desde 1989, cuando Manuel Fraga asumió su liderazgo. La gravedad de los enfrentamientos quedó ayer al descubierto en la romería anual del partido en Monte Faro (Lugo), un masivo acto de confraternidad entre la militancia. Los dos ministros gallegos, Mariano Rajoy y José Manuel Romay, desairaron a Fraga y a su número dos, Xosé Cuiña, al no acudir a una cita a la que nunca habían faltado.Los ministros de Administraciones Públicas y Sanidad habían mostrado en los últimos días su disconformidad con el desenlace del reciente congreso del partido...

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El PP gallego se ha metido de lleno en su peor crisis desde 1989, cuando Manuel Fraga asumió su liderazgo. La gravedad de los enfrentamientos quedó ayer al descubierto en la romería anual del partido en Monte Faro (Lugo), un masivo acto de confraternidad entre la militancia. Los dos ministros gallegos, Mariano Rajoy y José Manuel Romay, desairaron a Fraga y a su número dos, Xosé Cuiña, al no acudir a una cita a la que nunca habían faltado.Los ministros de Administraciones Públicas y Sanidad habían mostrado en los últimos días su disconformidad con el desenlace del reciente congreso del partido, que afianzó las aspiraciones sucesorias de Cuiña, el secretario general, enfrentado a ambos. Rajoy lamentó públicamente que en Galicia no se cuente más con él y Romay, presidente del PP en A Coruña, denunció su exclusión del comité electoral, el órgano con la última palabra sobre las candidaturas y que controlará Cuiña.

El gesto de Romay de no acudir a Monte Faro -sí lo hizo el vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, que disculpó a los ausentes por sus "ocupaciones"- cobra mayor relevancia porque la noche anterior había cenado con Fraga en A Coruña en un intento de desactivar el conflicto.

El ministro requirió del líder gallego la potestad de decidir en su provincia, sin interferencias de Cuiña, las candidaturas municipales. Nada ha trascendido de esa conversación, pero un numeroso grupo de cargos públicos del PP coruñés se reunirá hoy en Santiago para respaldar tal exigencia.

Tras el aparente fracaso de esa entrevista, Fraga lanzó ayer una advertencia. "Que nadie juegue a dividir", avisó; "ha llegado el momento de superar nuestros minifundismos, nuestra manía de ver las cosas pequeñas y si es posible con pleitos. Eso se acabó, se tiene que acabar y se acabará". Cuiña prefirió minimizar el conflicto despachándolo como "pequeñas turbulencias que no pueden impedir que la nave llegue a su destino".

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