Cartas al director

Sin democracia y con moralina

He leído el interesante artículo del teólogo Juan José Tamayo (EL PAÍS, 29 de junio) y me pregunto: si la ética del cristianismo es tan opuesta a la ética neoliberal, ¿cómo es que la Iglesia inclina claramente sus preferencias hacia los partidos que profesan este capitalismo neoliberal, y, lo que es peor, acarrea los votos de sus fieles más sumisos a favor de esta derecha con un proyecto político radicalmente opuesto al del Evangelio de Jesús? Alguien tendrá que explicar esto al pueblo fiel. Ya sé que en la Iglesia hay muchas moradas y caben desde Videla ("de comunión diaria") hasta Cristianos...

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He leído el interesante artículo del teólogo Juan José Tamayo (EL PAÍS, 29 de junio) y me pregunto: si la ética del cristianismo es tan opuesta a la ética neoliberal, ¿cómo es que la Iglesia inclina claramente sus preferencias hacia los partidos que profesan este capitalismo neoliberal, y, lo que es peor, acarrea los votos de sus fieles más sumisos a favor de esta derecha con un proyecto político radicalmente opuesto al del Evangelio de Jesús? Alguien tendrá que explicar esto al pueblo fiel. Ya sé que en la Iglesia hay muchas moradas y caben desde Videla ("de comunión diaria") hasta Cristianos por el Socialismo; desde el Sermón de la Montaña hasta la Santa Inquisición.En su organización, tras el celofán de un discurso espiritual y piadoso, hay también una estructura de poder con fuertes intereses económicos, un Estado (el del Vaticano) con su línea de mando fuertemente jerarquizada, con sus tensiones y sus miserias, como en toda sociedad civil. Lo malo es que esta lógica del poder entra en contradicción permanente con los valores del Evangelio. Y de aquí surgen esos desajustes que desorientan a no pocos fieles de una Iglesia que predica para la sociedad unos valores democráticos que ella no cumple en su organización y que, al mismo tiempo que promueve campañas de solidaridad, apoya con su influencia un proyecto político básicamente insolidario y excluyente como es el neoliberal.

"Con este Gobierno nos entendemos mejor", dicen los jerarcas. Y es que esperan que les suban la asignación tributaria. También esperan, es verdad, lo de la clase de religión, que no acaba de llegar, que no despenalicen más abortos de los que ya despenaliza una ley que los del Gobierno se han encontrado y que "no les gusta" (tampoco les gusta la del divorcio, pero, ya que está, se divorcian), etcétera. Decididamente, la derecha va más a misa y tiene más Dios, al menos en sus labios; pero una ética de la solidaridad como la que nos pide el Evangelio de Jesús habrá que buscarla en los proyectos que se oponen a la derecha neoliberal que nos gobierna. Y esto a pesar de la Iglesia oficial, "sin democracia y con moralina", en la que nos ha tocado vivir. Gracias, profesor Tamayo, por tu claridad y valentía.-

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