Federle crea un austero espacio de meditación en el IVAM a través de sus pinturas abstractas

Considerado como uno de los más importantes representantes de la moderna abstracción europea, el suizo Helmut Federle presentó ayer una exposición que convierte algunas salas del IVAM en un espacio dedicado a la meditación y a la espiritualidad. Sus pinturas de tenues colores y austera composición geométrica están influidas tanto por la simbología occidental como por la oriental, con la naturaleza siempre de referente. Las 20 obras de la retrospectiva, culminada con el enorme lienzo Pantera negra, crean una atmósfera que invita a la reflexión tranquila.

"Quizá se podría definir como un ...

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Considerado como uno de los más importantes representantes de la moderna abstracción europea, el suizo Helmut Federle presentó ayer una exposición que convierte algunas salas del IVAM en un espacio dedicado a la meditación y a la espiritualidad. Sus pinturas de tenues colores y austera composición geométrica están influidas tanto por la simbología occidental como por la oriental, con la naturaleza siempre de referente. Las 20 obras de la retrospectiva, culminada con el enorme lienzo Pantera negra, crean una atmósfera que invita a la reflexión tranquila.

"Quizá se podría definir como un espacio naturalizado", comentó ayer Helmut Federle, de 54 años, respecto a su primera retrospectiva que se realiza en España. La naturaleza es una continua fuente de inspiración en sus obras, así como la búsqueda de lo espiritual constituye un fin principal. "Siempre hay un elemento de espiritualidad, pero las obras no son religiosas", puntualizó Federle, cuya trayectoria artística es muy conocida en Austria y Alemania, según comentó Juan Manuel Bonet, director del IVAM y comisario de la exposición. En la retrospectiva no aparece ninguna referencia a la realidad. De hecho, la muestra revisa las obras, la mayoría de gran formato, elaboradas desde 1980 hasta la actualidad. Y precisamente fue a partir de 1979 cuando Federle, ahora residente en Viena, se instaló en Nueva York y radicalizó su discurso eludiendo cualquier alusión a la realidad. A pesar de su formación y vocación musical -llegó a actuar como cantante y acordeonista en Túnez y a formar parte de bandas de jazz-, el pintor suizo rechazó de plano la influencia de la música en sus composiciones pictóricas y manifestó que se trata de dos mundos distintos. Federle se definió como un "artista solitario", que no mantiene "contactos sociales" con otros artistas, ni pretende tenerlos, y subrayó que en todo caso representa una "postura individual". De esta manera desechó encuadrarse en ningún movimiento o tendencia concreta. Sin embargo, sus viajes por los países asiáticos y su contacto con el arte oriental han influido de forma visible en sus trabajos, como señaló el propio pintor. "La abstracción de Federle presenta puntos comunes con el arte minimal", indica Bonet en el texto de la exposición. En su pintura dominan los fenómenos de transición entre el negro y el gris y el amarillo y el verde que "configuran un efecto de luz tenue saturada de sombra", añade el director del IVAM. Bonet explicó ayer que la elección de Federle, al margen de su contrastado valor pictórico, se conjuga perfectamente con el tradicional interés del museo valenciano por el constructivismo y por los clásicos de los años cincuenta. En este sentido, el comisario de la muestra comentó que la abstracción de Federle -reacción frente al retorno del expresionismo y de la figuración de finales de la década de los setenta- se alinea a la "abstracción geométrica con referencias a Mondrian, Malevich, a los mandalas de Nepal o a Rothko". Las obras de la exposición proceden de los importantes museos europeos.

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