Cisma entre las asociaciones vecinales por el plan de mejora de Villaverde

El cisma estalló ayer entre las asociaciones de vecinos de Villaverde que diseñan el plan de mejora de este distrito, donde se invertirán 18.000 millones en seis años. La división afloró cuando el presidente de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM), Prisciliano Castro, presentó a representantes de la Comunidad una propuesta de actuaciones para 1999 consensuada con varias entidades que otras rechazan porque dicen que no se ha contado con ellas para elaborarla.

La propuesta de actuaciones presentada ayer por Castro fue acordada por las asociaciones de vecinos...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El cisma estalló ayer entre las asociaciones de vecinos de Villaverde que diseñan el plan de mejora de este distrito, donde se invertirán 18.000 millones en seis años. La división afloró cuando el presidente de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM), Prisciliano Castro, presentó a representantes de la Comunidad una propuesta de actuaciones para 1999 consensuada con varias entidades que otras rechazan porque dicen que no se ha contado con ellas para elaborarla.

Más información

La propuesta de actuaciones presentada ayer por Castro fue acordada por las asociaciones de vecinos, ecologistas y comerciantes que participaron en una asamblea el pasado 23 de junio. "A ella fueron invitadas todas las entidades ciudadanas del distrito, las que no vinieron, porque no pudieron o no quisieron, no pueden decir ahora que desconocen los acuerdos tomados", explica Castro.Mariano Elvira, vicepresidente de la asociación de vecinos de Los Rosales, discrepa: "A nosotros no nos convocaron a la reunión del día 23 y tampoco a las asociaciones de Oroquieta, Pueblo Unido, El Cruce y San Luciano". "Además, conocían algunas de nuestras prioridades y no las han tenido en cuenta en su propuesta", añade. Estas asociaciones discrepantes se consolidaron ayer como Plataforma por la Dignidad del Sur, ignorando la mediación de Castro, "que ha prescindido de nosotros".

Ayer, cuando Castro presentó la propuesta a la Comunidad en nombre de todos, Elvira se levantó dispuesto a abandonar la reunión. Si no lo hizo fue ante la insistencia del consejero de Presidencia, Jesús Pedroche. Pero el encuentro, que estaba previsto para que los representantes regionales conociesen en qué quieren invertir los vecinos los 3.000 millones de pesetas del plan para el próximo año, se disolvió enseguida por la tensión reinante. Pedroche planteó que volvieran a verse en 15 días. "En ese tiempo espero que los vecinos consigan coordinarse porque si no es muy difícil trabajar", asegura. "Mi interlocutor principal es Prisciliano Castro, porque así quedó establecido hace un año durante la visita del presidente, Alberto Ruiz-Gallardón, a Villaverde que dio origen a este plan", afirma.

Lo ocurrido ayer es sólo el estallido de unas discrepancias que vienen de lejos. Ya en 1991 se produjeron los primeros encontronazos cuando la asociación de Los Rosales impidió la construcción de un campamento para 82 familias gitanas de Los Focos en Los Molinos. La federación y asociaciones de su órbita como San Fermín y San Cristóbal discreparon de aquella protesta. Siete años después de aquellos hechos las fricciones vuelven a producirse por el desarrollo del Plan de Villaverde, sobre cuya necesidad están de acuerdo todos. Mientras las cinco asociaciones discrepantes hacen un balance muy negativo del desarrollo del plan, el resto, otras cuatro, a las que hay que sumar alguna más de Usera y de comerciantes, creen que se va avanzando. Para Castro, el problema de fondo es que algunas asociaciones no acaban de creerse que se vaya a cumplir el Plan (los primeros 3.000 millones se invierten este año). "A partir de esa desconfianza cada pequeño escollo se convierte en un problema insalvable; el camino es difícil y hay que pelear, pero si amenazamos con liar la manta a cada momento, los que saldrán perdiendo son nuestros barrios", añade.

Elvira, de Los Rosales, reconoce que las divisiones perjudican a los vecinos. "Pero no podemos permitir que se tomen decisiones que nos afectan sin contar con nosotros", matiza.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En