Rusia anuncia un plan duro e impopular contra la crisis económica

Semana crucial para Rusia. El presidente Borís Yeltsin y el primer ministro Serguéi Kiriyenko se reunieron ayer para ultimar el plan anticrisis que hoy será discutido en una reunión del Gobierno con numerosos diputados y líderes parlamentarios y regionales. Kiriyenko ya ha adelantado que la receta económica será dura e impopular, pero con red de seguridad para los más pobres.

El plan tendrá capítulos que no se podrán aplicar sin respaldo de la Duma, dominada por comunistas y nacionalistas, que tienen en marcha un proceso para destituir a Yeltsin. Incluso el moderado Yégor Stróyev, presi...

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Semana crucial para Rusia. El presidente Borís Yeltsin y el primer ministro Serguéi Kiriyenko se reunieron ayer para ultimar el plan anticrisis que hoy será discutido en una reunión del Gobierno con numerosos diputados y líderes parlamentarios y regionales. Kiriyenko ya ha adelantado que la receta económica será dura e impopular, pero con red de seguridad para los más pobres.

El plan tendrá capítulos que no se podrán aplicar sin respaldo de la Duma, dominada por comunistas y nacionalistas, que tienen en marcha un proceso para destituir a Yeltsin. Incluso el moderado Yégor Stróyev, presidente del Consejo de la Federación (Cámara alta), se muestra rotundamente contrario al aumento del endeudamiento exterior, que, dijo, "convertirá a todos los rusos en esclavos".La Bolsa de Moscú vivió ayer una titubeante jornada, a la espera de que se aclare el curso económico del país y se sepa si el FMI tira de talonario. Una misión del Fondo encabezada por su vicedirector ejecutivo, Stanley Fischer, debía llegar anoche a Moscú para estudiar dos temas: el desbloqueo de un tramo de 670 millones de dólares (unos 100.000 millones de pesetas) del crédito a largo plazo de 9.200 millones de dólares, y la concesión de un nuevo préstamo extraordinario "de estabilización".

El flamante representante de Yeltsin para negociar con los organismos financieros internacionales, Anatoli Chubáis, cree que este crédito debería oscilar entre los 10.000 y los 15.000 millones de dólares (entre 1,5 y 2,25 billones de pesetas). Pero Fischer y Robert Rubin, secretario del Tesoro de EEUU, se muestran muy reticentes a esa inyección monetaria en vena.

El plan anticrisis que hoy se discutirá en Moscú, bajo la presión directa de los policías del FMI, parece ir en la línea de satisfacer las exigencias de este organismo. No obstante, el portavoz presidencial, Serguéi Yastrzhembski, declaró ayer que "no todas las condiciones del FMI son aceptables", aunque no dijo cuáles.

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