Las bases presionan al PNV para no unirse al PP en las manifestaciones contra ETA

Dirigentes del Partido Nacionalista Vasco pretenden que su formación no acuda a más movilizaciones conjuntas contra ETA en las que participe el PP. Su propuesta refleja el estado de ánimo extendido entre las bases nacionalistas respecto a la política antiterrorista del Gobierno de José María Aznar. La apuesta del PP por la firmeza y la presión policial y la ausencia de algún gesto político, especialmente respecto a la situación de los presos de la organización terrorista, provocan una acusada irritación en el seno del PNV, donde se considera que los populares sólo buscan réditos electorales....

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Dirigentes del Partido Nacionalista Vasco pretenden que su formación no acuda a más movilizaciones conjuntas contra ETA en las que participe el PP. Su propuesta refleja el estado de ánimo extendido entre las bases nacionalistas respecto a la política antiterrorista del Gobierno de José María Aznar. La apuesta del PP por la firmeza y la presión policial y la ausencia de algún gesto político, especialmente respecto a la situación de los presos de la organización terrorista, provocan una acusada irritación en el seno del PNV, donde se considera que los populares sólo buscan réditos electorales.

Si se aprobase esta nueva línea de distanciamiento con el PP, significaría un nuevo paso del PNV en su arriesgada apuesta por una política de pacificación iniciada con la apertura de las conversaciones con Herri Batasuna y destinada a lograr un acuerdo nacionalista que posibilite una tregua por parte de ETA. Esa decisión conseguiría agrandar aún más las diferencias que le separan del PP y agudizaría el perfil propio que le impone esa vía diferenciada.Dirigentes del PNV han reconocido en privado, ante los integrantes de la Plataforma de Ibaeta en favor del acercamiento de los presos etarras, que soportan una fuerte presión de su militancia para no acudir a las manifestaciones que suelen convocarse como reacción inmediata a los atentados de ETA. El motivo inicial serían los gritos y actitudes mantenidos en ellos por simpatizantes del PP contra dirigentes del partido de Arzalluz por su política de diálogo y distensión con Herri Batasuna. Hasta ahora, en estos actos han coincidido todos los partidos democráticos representados en la Mesa de Ajuria-Enea.

Las resistencias encontradas entre las propias bases a compartir la calle junto con los militantes del PP hacen considerar a los burukides del PNV la continuidad de la política de movilizaciones unitarias que hasta ahora no se había cuestionado como estrategia de rechazo al uso de la violencia.

Los dirigentes y las bases del PNV tienen abierto este debate ante la convicción de que en el futuro ETA va a cometer nuevos asesinatos y se van a reproducir situaciones incómodas, como ya se han registrado en las movilizaciones contra los últimos atentados mortales en Vitoria y Pamplona. Aunque la discusión se encuentra en un estado muy preliminar, el partido de Arzalluz se plantea expresar su repulsa a los asesinatos de forma diferenciada, manteniendo una distancia física con el PP. Con ello, los peneuvistas evitarían la visualización de una unidad que no existe más allá de la repulsa a la violencia y que, en todo caso, están convencidos de que beneficia en exclusiva al Partido Popular, al que reprochan que está utilizando la violencia para usos exclusivamente electorales.

La vía de contactos iniciada en marzo con la nueva Mesa Nacional de HB ha llevado al PNV a establecer la principal distancia que hoy en día mantiene con el PP y también con el PSOE: acordar que estas conversaciones políticas entre las fuerzas nacionalistas iban a estar "blindadas", como se ha comprobado posteriormente, a toda situación violenta, de forma que se mantendrían por ambas partes aunque la organización terrorista volviese a matar. "Las seguiremos teniendo aunque ETA asesine a un jeltzale", declaró respecto a estos contactos el portavoz del PNV, Joseba Egibar, a modo de ejemplo de la firmeza que respalda el acuerdo.

Frente al discurso de firmeza policial y de unidad en torno a un "proyecto común compartido" del ministro Jaime Mayor Oreja, el PNV le reprocha su inmovilismo a la hora de realizar algún gesto político y a la vez que utiliza la política antiterrorista para su exclusivo uso electoralista. El PNV se ha cansado de transmitir a Mayor la importancia que tendría un gesto en la política penitenciaria, acercando a presos de ETA a cárceles del País Vasco.

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