Santer propone abrir en la cumbre de Cardiff un debate sobre el futuro de la UE

El presidente de la Comisión Europea, Jacques Santer, quiere aprovechar el sosiego que da el no tener que tomar decisiones para que los Quince conviertan la cumbre de Cardiff del lunes y martes próximo en un gran debate de reflexión sobre el futuro de Europa.

Por primera vez en años los Quince llegan a un final de semestre sin urgencias históricas. Es un momento de transición entre un pasado dedicado a crear el euro y un futuro marcado por la ampliación al Este y la reforma de las políticas comunitarias. Es un retorno de la política frente al pragmatismo de construir la moneda europea. ...

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El presidente de la Comisión Europea, Jacques Santer, quiere aprovechar el sosiego que da el no tener que tomar decisiones para que los Quince conviertan la cumbre de Cardiff del lunes y martes próximo en un gran debate de reflexión sobre el futuro de Europa.

Por primera vez en años los Quince llegan a un final de semestre sin urgencias históricas. Es un momento de transición entre un pasado dedicado a crear el euro y un futuro marcado por la ampliación al Este y la reforma de las políticas comunitarias. Es un retorno de la política frente al pragmatismo de construir la moneda europea. Pero eso en medio de un creciente distanciamiento de la población sobre la idea de Europa. Es decir, un momento ideal para reflexionar a fondo sobre esa misma idea de la construcción europea.Aunque con su habitual dificultad para transmitir enstusiasmo, Santer tocó temas de fondo y atacó a los Quince con una dureza poco habitual en su habitual comparecencia previa a las cumbres europeas. Se sacudió de encima las responsabilidades que la misma Comisión Europea tiene sobre ese clima de desencanto al enfatizar que «la Comisión propone, pero los Estados disponen». Y recordó que, mientras el ejecutivo comunitario ha reducido al mínimo la actividad legislativa, los Quince engordan a un ritmo del 15% anual sus propias normativas. Una manera de despejar hacia campo contrario la imagen de institución burocratizada que pesa sobre Bruselas.

Admitió el debate abierto por París y Bonn sobre la necesidad de renacionalizar ciertas políticas, pero advirtió que aunque los ciudadanos «no quieren una Europa intervencionista, quisquillosa, burocrática», sí reclaman «más Europa para proteger su salud, más Europa en Kosovo, más Europa para el medio ambiente, más Europa para reforzar su seguridad».

Santer rechazó las exigencias alemanas de abordar la reforma de la financiación comunitaria en términos de saldos netos de pérdidas y ganancias entre lo que aportan y lo que reciben del presupuesto comunitario, porque el concepto de «justo retorno es contrario al principio de la solidaridad y de la cohesión, que son uno de los fundamentos de la acción comunitaria».

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