Heroína cuatro veces más barata

El mercado de la droga en Bilbao ha sufrido una auténtica revolución: la heroína es el estupefaciente elegido por las grandes mafias del narcotráfico, que se valen de ciudadanos africanos para su venta y atraen a consumidores del resto de Euskadi e incluso de Francia. La razón de la demanda foránea es el vertiginoso descenso de los precios: un gramo se cotiza ahora a 4.000 pesetas cuando hace cinco años rondaba las 15.000. Las investigaciones policiales y judiciales han constatado la concentración de los puntos de venta, que se reducen al barrio de San Francisco -el más degradado de la capita...

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El mercado de la droga en Bilbao ha sufrido una auténtica revolución: la heroína es el estupefaciente elegido por las grandes mafias del narcotráfico, que se valen de ciudadanos africanos para su venta y atraen a consumidores del resto de Euskadi e incluso de Francia. La razón de la demanda foránea es el vertiginoso descenso de los precios: un gramo se cotiza ahora a 4.000 pesetas cuando hace cinco años rondaba las 15.000. Las investigaciones policiales y judiciales han constatado la concentración de los puntos de venta, que se reducen al barrio de San Francisco -el más degradado de la capital- y el Casco Viejo. Según sus datos, la organización es compleja: existen tres o cuatro bandas, cada una integrada por una veintena de personas y que reciben la droga desde Madrid. En el primer nivel, están los denominados boleros, africanos que se dedican a la venta en San Francisco o el Casco Viejo. "Llevan introducidas en el ano dosis de cinco gramos y las van sacando con una habilidad inimaginable. Luego, lo dividen en bolas del tamaño de garbanzos, las llevan en su boca y las van vendiendo. Así, lo máximo que se les puede aprehender son unas cuantas bolas si antes no se las han tragado. Cuando terminan de venderlas vuelven a sacar más del ano", señalan las fuentes consultadas. En un segundo nivel estarían los dedicados a la venta a consumidores de otros lugares del País Vasco y Francia, "que trafican con cantidades mínimas de cinco gramos. El contacto es por teléfono, pero quedan en lugares públicos como una parada de autobús y la transacción se hace en unos segundos". Las tres o cuatro mafias existentes tienen su territorio particular -"no se sabe si existen conexiones entre las bandas"- y su estructura se completa con un jefe, el ayudante y tres o cuatro más dedicados a supervisar el negocio. El mismo abogado El escalón superior se sitúa en Madrid, de donde procede la heroína, que es transportada en autobús, coches alquilados e incluso en tren. "Últimamente se detienen en Miranda de Ebro y desde allí se desplazan con la heroína en coches". Las investigaciones revelan un alto grado de organización: todos los detenidos tienen el mismo abogado, teléfonos móviles pagados por terceras personas y, una vez puestos en libertad, desaparecen, cambian de ciudad y documentación. "El 85% de los arrestados tiene papeles de Guinea-Bissau y ha habido gente con hasta 18 filiaciones diferentes, porque antes la documentación era ilegal pero ahora es legal... en su país". Los métodos de defensa son peculiares: no recurren a la vía penal, sino que interponen quejas ante el Ararteko "para presionar psicológicamente a los policías". El resto de los estupefacientes, como la cocaína, speed o el hachís, siguen parámetros más convencionales, con varios traficantes de importancia en el barrio de Otxarkoaga y en el centro de Bilbao y pequeños grupos de dos o tres componentes que operan en el Casco Viejo y el barrio de Santutxu, según señalan los medios consultados. "Lo que también ha cambiado es que tanto la heroína como la coca no se venden en pisos; todo el trapicheo es en la calle o lugares públicos. Además, la mercancía no la tienen en sus domicilios, sino en pisos de seguridad alejados de la zona en que trafican".

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