Cartas al director

Vallado

Hace ahora un año, el Instituto Municipal de Deportes (IMD) procedió al vallado de la pista de fútbol sala del patinódromo en el Polideportivo Municipal de Aluche. Era, además de las mesas de pimpón, el último reducto en donde se podía hacer deporte gratis dentro de la instalación. Para los chavales -y no tanto- del barrio no se trataba únicamente de una cuestión de dinero. Durante años, aquella pista había sido nuestro lugar de encuentro, el sitio donde podíamos ir cada vez que nos apeteciera dar unas pataditas. Un balón más o menos reglamentado era la excusa para reunir durante horas a docen...

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Hace ahora un año, el Instituto Municipal de Deportes (IMD) procedió al vallado de la pista de fútbol sala del patinódromo en el Polideportivo Municipal de Aluche. Era, además de las mesas de pimpón, el último reducto en donde se podía hacer deporte gratis dentro de la instalación. Para los chavales -y no tanto- del barrio no se trataba únicamente de una cuestión de dinero. Durante años, aquella pista había sido nuestro lugar de encuentro, el sitio donde podíamos ir cada vez que nos apeteciera dar unas pataditas. Un balón más o menos reglamentado era la excusa para reunir durante horas a docenas de chicos que apenas se conocían por sus motes. Simplemente, llegabas, formabas un equipo con otros cuatro y esperabas 15 minutos a que perdiera uno de los que ya estaba jugando. Y no sólo nosotros.Aquello era un territorio libre. Cualquier padre podía ponerse de portero y quedar bien con su hijo pequeño en una porte de reglamento y con redes. Desde que la cerraron no hemos vuelto a jugar juntos. Ahora hay que pasar por taquilla y esperar a que te den hora, incluido el padre y el hijo. Organizar las ganas y los deseos no es cosa fácil, ni siquiera para los gobernantes. Con aquella medida acabaron por aniquilar el derecho que tiene cualquier ciudadano de practicar deporte gratuitamente y cuando le apetezca en una instalación municipal.

Ahora, además, el mismo gerente que puso vallas a la pista quiere poner rejas a la entrada. Nos quiere cobrar por ir a ver un partido, una carrera y hasta por entrar a pasear con nuestros hijos. Creo que todos los vecinos del barrio tendríamos que recordarle, y al alcalde, con el dinero de quién se edificó hace casi treinta años esta instalación, se mantiene en la actualidad y se pagan sus nóminas.-

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