Cartas al director

Algo se muere en el alma

Voy por la avenida de Cádiz en mi automóvil y el tráfico es denso, más de lo normal; tengo prisa porque hay que cumplir los horarios.El tráfico es denso, muy denso, más de lo normal; llevo una furgoneta delante y no tengo visibilidad para ver lo que me antecede. Me impaciento, pero hay que cumplir con los horarios. Después de 35 minutos veo que la carretera se desvía, cientos de niños se apoyan en las vallas, hay júbilo y mucha, mucha gente (algo grande ocurre), y veo el primer vestido de volantes, carrozas, palmas y cánticos, veneran una Virgen, la Virgen del Rocío, pero su entorno se muere, ...

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Voy por la avenida de Cádiz en mi automóvil y el tráfico es denso, más de lo normal; tengo prisa porque hay que cumplir los horarios.El tráfico es denso, muy denso, más de lo normal; llevo una furgoneta delante y no tengo visibilidad para ver lo que me antecede. Me impaciento, pero hay que cumplir con los horarios. Después de 35 minutos veo que la carretera se desvía, cientos de niños se apoyan en las vallas, hay júbilo y mucha, mucha gente (algo grande ocurre), y veo el primer vestido de volantes, carrozas, palmas y cánticos, veneran una Virgen, la Virgen del Rocío, pero su entorno se muere, mueren las aves, mueren los anfibios, mueren los mamíferos.

Todo se muere a su alrededor, muerte silenciosa y lenta, pero ellos ríen, cantan, beben y se pasean por encima de la muerte. ¡Se muere Doñana! Y mi pregunta es: ¿podrán las aves, mamíferos, anfibios y rocieron volver a pasar por Doñana en un futuro? ¿Ellos van a salvar Doñana o sólo su paso? ¡Se muere Doñana!-

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