Zaplana: "Todavía no hemos llegado donde queríamos". Zaplana promete a Barberá hacer de Valencia "la capital cultural más importante de Europa"

Triunfalismo sí, pero menos. Eduardo Zaplana cumplió sus tres primeros años al frente de la Generalitat en el acto central de la campaña informativa del Partido Popular en la ciudad de Valencia. El presidente de la Generalitat se mostró satisfecho, pero insistió en invocar la necesidad de una segunda legislatura para culminar su proyecto al frente del Consell. Frases como "hay que recorrer un camino", "todavía queda mucho por hacer", "todavía no hemos llegado donde queríamos", "para los grandes logros hay que esperar" y otras del mismo tenor, avanzaron las grandes líneas de la próxima campaña ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Triunfalismo sí, pero menos. Eduardo Zaplana cumplió sus tres primeros años al frente de la Generalitat en el acto central de la campaña informativa del Partido Popular en la ciudad de Valencia. El presidente de la Generalitat se mostró satisfecho, pero insistió en invocar la necesidad de una segunda legislatura para culminar su proyecto al frente del Consell. Frases como "hay que recorrer un camino", "todavía queda mucho por hacer", "todavía no hemos llegado donde queríamos", "para los grandes logros hay que esperar" y otras del mismo tenor, avanzaron las grandes líneas de la próxima campaña electoral. "Hemos hecho bien los deberes, hemos aprobado con nota el primer parcial, pero estamos en enero y el examen es en junio". Zaplana insistió una y otra vez en la necesidad de mantener atenta la guardia y evitar desfallecimientos a última hora para poder culminar con éxito su primera legislatura como presidente de la Generalitat. Unas ocho mil personas abarrotaron el pabellón deportivo que acogió el acto, pero la distancia hasta las próximas elecciones impidió la brillante tensión propia de la campaña electoral. Zaplana abrió el discurso admitiendo que llegó a la Generalitat sin mayor experiencia y reconociendo: "Sería absurdo pensar que no hemos cometido errores". Pero no se dejó arrastrar por la autocrítica: "No todo ha sido perfecto, pero han sido infinitamente más los aciertos".El presidente de la Generalitat abrió el repaso a su gestión por los puntos más sensibles. La reducción del desempleo o las altas en la Seguridad Social son motivo de orgullo, pero todavía quedan 200.000 parados en la Comunidad Valenciana: "Me falta cara para mirarles a los ojos y decirles que vamos de maravilla". La reducción de las listas de espera abrió el capítulo dedicado a Sanidad: el plan de choque, 38 nuevos centros de salud, dos nuevos hospitales y la reducción del gasto farmacéutico. "Si en un área hay que ser valientes es en la Sanidad. Pública y privada que dé servicio a todos los ciudadanos". Para la hepatitis sólo hubo una mención en alusión a Joan Romero, secretario general del PSPV: "Terra hepática, si es una broma, es de bastante mal gusto". Los problemas en la adscripición de alumnos al ciclo de Educación Secundaria Obligatoria son fruto de la imprevisión de gobiernos anteriores, según Zaplana, pero: "¿Les decimos a los ciudadanos que la culpa es del PSOE? Eso ya lo sabemos". El capítulo de Educación se cerró con una declaración voluntarista: "Los padres tienen toda la razón del mundo para criticar, pero no se puede ir más deprisa. Para el curso que viene, aulas prefrabricadas o lo que sea". Ligeras menciones a la mujer o la tercera edad dieron paso a una retahíla de proyectos en marcha, desde carreteras a la Universidad de Elche pasando por vertederos o Terra Mítica: "Y todo eso a la vez. Proyectos que por sí solos podrían justificar una legislatura". La alcaldesa de Valencia, que abrió el acto sin ningún telonero, recibió frases de consuelo del presidente de la Generalitat ante el fracaso de la capitalidad cultural a la que aspiraba: "Eres la mejor alcaldesa de Valencia, entre los dos, con ayuda del Gobierno de Aznar, vamos a conseguir que Valencia sea la capital cultural más importante de Europa". Zaplana cerró el discurso con alusiones a los agoreros que critican cualquier proyecto "bajo el tubo de neón", afirmó que la historia "pondrá a cada uno en su sitio", presumió de honradez y concluyó con el hilo conductor de todo la intervención: "Esto no es punto de llegada, es un punto de partida". Manuel Tarancón, presidente provincial del PP y responsable de la Diputación de Valencia, asumió la parcela de ataques a la oposición. Bromeó sobre las primarias socialistas, la ausencia de liderazgo, el baile de candidatos y de sensibilidades - "ahora se llaman así"- y logró arrancar un impresionante abucheo de los presentes cuando mencionó el nombre de Carmen Alborch. "El PSOE ya no es un partido político, es una estación de metro: suben, bajan, entran, salen..." Más suelto que nunca, Tarancón también cargó contra Unión Valenciana sin ningún remilgo: "Por la vecindad circulan unos supuestos regionalistas que ni saben dónde están ni saben a dónde van. Nos critican despiadadamente, pero no le hacen ascos a seguir en el gobierno. Su desconcertante conducta les lleva a que sus propios militantes muestren su sorpresa por esa actitud, por su falta de madurez y por su permanente contradicción". En un día aciago, Rita Barberá volvió a vender ilusiones para justificar su gestión.

Más información
Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En