SÍ AL ACUERDO DE STORMONT

Bertie Ahern califica de «ruptura histórica» el resultado del referéndum

Irlanda abre una nueva página en su turbulenta historia. Las décadas de conflicto, recelos y enemistad entre el Norte y el Sur se aproximan a su fin con la ratificación del Acuerdo de Stormont. La República apostó por la nueva política de consenso con una abrumadora mayoría del 94,4% y un índice de participación superior al 56%. Un resultado que, según el primer ministro irlandés, Bertie Ahern, representa «una ruptura histórica» con el pasado. «La voz del pueblo», señaló el taoiseach, «ha redefinido Irlanda».

Ahern llegó triunfante al Castillo de Dublín, vestigio de la dominación britán...

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Irlanda abre una nueva página en su turbulenta historia. Las décadas de conflicto, recelos y enemistad entre el Norte y el Sur se aproximan a su fin con la ratificación del Acuerdo de Stormont. La República apostó por la nueva política de consenso con una abrumadora mayoría del 94,4% y un índice de participación superior al 56%. Un resultado que, según el primer ministro irlandés, Bertie Ahern, representa «una ruptura histórica» con el pasado. «La voz del pueblo», señaló el taoiseach, «ha redefinido Irlanda».

Ahern llegó triunfante al Castillo de Dublín, vestigio de la dominación británica en la isla y símbolo también de la nueva Irlanda. Con la victoria confirmada por encima de las previsiones más optimistas -tan sólo el 5,6% del electorado irlandés dijo no en el referéndum-, el primer ministro celebró el Acuerdo de Stormont como el «único medio legítimo para guiar y dirigir nuestros esfuerzos» en el futuro. «Nos acercamos al nuevo milenio con esperanza y optimismo de que hemos superado las divisiones del pasado», señaló.Los resultados de la consulta en toda la isla, la primera que se celebra simultáneamente desde 1918, garantizan un respaldo total del 85% del electorado. Un veredicto que para Ahern representa, dijo ayer en una conferencia de prensa, «no sólo una fuerza política, sino una fuerza moral». «No hay mayor fuente de autoridad y legitimidad que la voz colectiva que el pueblo acaba de expresar», interpretó el taosieach.

El entusiasmo por los resultados del referéndum no se limitó a los miembros del Gobierno irlandés. Horas antes, el resto de los principales líderes políticos expresaron su respectiva satisfación y sus proyecciones de futuro. El patió central del Castillo de Dublín fue el punto de encuentro de ideologías dispares que, merced al Acuerdo de Stormont, encontraron ayer puntos comunes.

Entre ellos destacó la presencia de Austin Currie, un político emblemático que sirvió en el antiguo Gobierno de coalición de Stormont, en el Ulster, y actualmente representa al Fine Gael en el Dail (Parlamento) de Dublín. «El Norte y el Sur han otorgado a las futuras instituciones una autoridad moral como nunca ha sucedido en nuestra historia», interpretó. El sí masivo del electorado se dirige igualmente a los violentos: «Actúan en contra de la gente. Ya no puede reclamar que hablan en nombre de Irlanda», señaló.

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