En busca de Piero della Francesca

Giorgio Riva no entiende de fútbol. Si así fuera, probablemente ayer se hubiera mostrado bien contento de que el Madrid resultara campeón ante la Juventus de Turín porque él nació en Milán hace ahora 65 años. Su vida, sin embargo, se ha mantenido alejada de los campos de fútbol desde que a los 10 años, en plena Guerra Mundial, sus padres lo mandan a estudiar en las vacaciones a casa de un pintor de frescos. La Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla colgaba ayer en sus paredes una muestra de su obra artística que ha traído a España por primera vez. Los bajorelieves con papel de C...

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Giorgio Riva no entiende de fútbol. Si así fuera, probablemente ayer se hubiera mostrado bien contento de que el Madrid resultara campeón ante la Juventus de Turín porque él nació en Milán hace ahora 65 años. Su vida, sin embargo, se ha mantenido alejada de los campos de fútbol desde que a los 10 años, en plena Guerra Mundial, sus padres lo mandan a estudiar en las vacaciones a casa de un pintor de frescos. La Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla colgaba ayer en sus paredes una muestra de su obra artística que ha traído a España por primera vez. Los bajorelieves con papel de Colonia moldeado y coloreado han dejado en sus manos ampollas y rugosidades dignas de enmarcarse junto a su obra. "Estuve enfermo dos años de lo que todos creyeron que era leucemia pero que al final se demostró que la enfermedad era la consecuencia de mi trabajo con las resinas tóxicas que utilizo en esta técnica", cuenta Riva mientras explica con precisión el proceso de elaboración de su obra. La otra parte de su exposición, la dedicada al arte por ordenador, revela al Giorgio Riva fantástico, mitológico, interpretativo y polémico. Sus folio-plasma van acompañados de textos extraídos de la mitología griega, la que él prefiere por las posibilidades que ofrece para la libre interpretación. Cada texto comienza tal y como es pero nunca acaba igual sino que está sujeto a la imaginación del artista. "Traiciono el texto y de esa forma establezco contacto con la antigüedad clásica con una ventaja, que está hecho en mi tiempo". Desde luego los dioses griegos nunca podrían haber imaginado que sus leyendas se convertirían en formas y colores salidos de una máquina diabólica y de la creatividad de un italiano que en las postrimerías del primer milenio descubrió una nueva forma de arte. Su unión con el ordenador nace como un reto ante la máquina: "Escribí un libro, Llámame Oriente en el que se exponía el reto de ver qué parte del lenguaje analógico sobreviviría al digital". Y así fueron naciendo sus creaciones cibernéticas que, "según dicen algunos críticos deben ser contempladas en la pantalla de la computadora". Él dio un paso más y quiso llevar al papel las más bellas formas que salían del ordenador. El mundo artístico de Giorgio Riva viaja del Renacimiento Italiano al actual sin transición alguna. En Madrid, su primera escala en España antes de viajar a Sevilla, ha estado presentando la reconstrucción por ordenador de un retablo de Piero della Francesca al que le falta la parte central . Riva está orgullosos de su trabajo auspiciado por el museo Poldi Pezzolli de Milán y en el que han colaborado prestigiosos museos de todo el mundo y reconocidos intelectuales italianos. Entre todos han creado a través de complejos estudios y realidades virtuales, las dimensiones exactas de la obra del renacentista para que vuelva a tener la simetría perfecta. "Sabemos que hay una virgen con dos ángeles pero no lo tenemos. Espero que algún día aparezca en casa de un millonario americano", suplica desde su alma de artista. Ayer tuvo la oportunidad de mostrar ante los sevillanos este trabajo y su exposición de Bajorelieves y Arte por ordenador. Una oportunidad para acercarse al artista que ha hecho posible el Instituto Italiano de Cultura en Madrid y su sección en Sevilla. La responsable de la institución se mostraba satisfecha de la colaboración de los alumnos del Aula de Cultura de la Facultad de Bellas Artes de Sevilla.

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