Cartas al director

Espía como puedas

Tenga usted cuidado. Esté alerta. Mucho ojo con lo que hace, con lo que dice, porque usted puede ser el próximo. Creía que en un Estado de derecho todos estábamos sometidos a la ley, creía que en una democracia los derechos fundamentales como la inviolabilidad del domicilio y el secreto de las comunicaciones estaban garantizados. Pero todo fue producto de mi imaginación. Lo que el Cesid y el ministro hacen y dicen no tiene nombre. Lo que nos llega, de lo que estamos enterados, no tiene calificativos.En una democracia el fin no justifica los medios. Existen unas normas que hay que cumplir y nad...

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Tenga usted cuidado. Esté alerta. Mucho ojo con lo que hace, con lo que dice, porque usted puede ser el próximo. Creía que en un Estado de derecho todos estábamos sometidos a la ley, creía que en una democracia los derechos fundamentales como la inviolabilidad del domicilio y el secreto de las comunicaciones estaban garantizados. Pero todo fue producto de mi imaginación. Lo que el Cesid y el ministro hacen y dicen no tiene nombre. Lo que nos llega, de lo que estamos enterados, no tiene calificativos.En una democracia el fin no justifica los medios. Existen unas normas que hay que cumplir y nadie está exento de la responsabilidad de sus actos. Para combatir el terrorismo hay herramientas más sutiles pero deben acogerse al juego democrático, y, si hace falta perseguir a alguien sospechoso, se necesita una autorización judicial.

Todo aquello que no se somete a las reglas está al margen de la ley, y constituye delito; en el momento en que cada uno interprete libremente las normas esto deja de ser una democracia y se acerca cada vez más a otras épocas pasadas, y me recuerda otros países, otros sistemas.-

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