Alemania del Este pasa factura a Kohl con un ascenso inesperado de la ultraderecha

La extrema derecha, representada por la Unión del Pueblo Alemán (DVU), se aseguró ayer por primera vez el ingreso en un Parlamento regional en el Este del país (los territorios de la antigua República Democrática Alemana), al conseguir un resultado que ronda el 13% de los votos en las elecciones del Estado federado de Sajonia-Anhalt. El Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), dirigido por Reinhard Höppner, el jefe de Gobierno del land, fue la primera fuerza política clasificada, un 36,2% de los votos, según los recuentos provisionales de anoche. La victoria socialdemócrata no tuvo, sin embargo, ...

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La extrema derecha, representada por la Unión del Pueblo Alemán (DVU), se aseguró ayer por primera vez el ingreso en un Parlamento regional en el Este del país (los territorios de la antigua República Democrática Alemana), al conseguir un resultado que ronda el 13% de los votos en las elecciones del Estado federado de Sajonia-Anhalt. El Partido Socialdemócrata Alemán (SPD), dirigido por Reinhard Höppner, el jefe de Gobierno del land, fue la primera fuerza política clasificada, un 36,2% de los votos, según los recuentos provisionales de anoche. La victoria socialdemócrata no tuvo, sin embargo, el carácter arrollador que le atribuían los pronósticos y sólo superó en 2,2 puntos el resultado de 1994.

Los grandes perdedores fueron el canciller Helmut Kohl y su partido la Unión Demócrata- Cristiana (CDU), que, con un un 22,1% de los votos, siempre según resultados provisionales, se deslizó nada menos que 12,3 puntos respecto a 1994, cuando todavía era la primera fuerza política de la región. Los Verdes, que hasta ahora formaban un Gobierno de coalición minoritario con el SPD, siguieron su carrera de derrotas y tendrán que abandonar el Parlamento local, ya que con un 3,2% de los votos (1,9 puntos menos que en 1994) se quedaron por debajo del listón del 5%. Como una fuerza sólida, casi igualada con la CDU, quedó el partido de los socialistas de la Alemania del Este, el PDS, que consiguió un 19,4% de los votos (0,5 puntos menos que en 1994). Los liberales lograron un 4,2% de los votos (1,9 puntos más que en 1994) y siguen fuera del Parlamento. Estos porcentajes, que oscilaba ligeramente según las proyecciones de las distintas cadenas de televisión, se traducen en entre 40 y 43 escaños para el SPD; entre 24 y 26 para la CDU; entre 21 y 23 para el PDS, y 14 o 15 para el DVU. En los comicios tenían derecho a voto 2,1 millones de personas y la participación fue de un 70,5%, un 15,7% más que en 1994. Los buenos resultados de la extrema derecha eran unánimemente interpetados ayer como una consecuencia directa de la crisis económica y el paro que vive Sajonia-Anhalt. Las consecuencias que sacaban las fuerzas políticas eran, sin embargo, diferentes. Los dirigentes del SPD trataban de mostrar tranquilidad y de subrayar más su propia victoria que el progreso de la derecha, que atribuyeron a la política económica de Bonn. Mientras tanto, los representantes de la CDU subrayaban el escaso margen de progreso de los socialdemócratas y colocaban en pie de igualdad al DVU y al PDS, preparando ya una posible táctica electoral contra los llamados «calcetines rojos» en el caso de que el SPD decida colaborar con los ex comunistas reconvertidos en el Gobierno regional. Los comentaristas, por su parte, se preguntaban si el avance de la derecha hace posible una gran coalición entre SPD y CDU en Sajonia Anhalt o, por el contrario, el SPD preferirá seguir manteniendo, como hasta ahora, un Gobierno de minoría (esta vez en solitario) con la tolerancia del PDS, de acuerdo con una fórmula que ha sido denominada «el modelo de Magdeburgo». Las diferencias de matiz que se advertían en las primeras reacciones de los dirigentes socialdemócratas a nivel federal y a nivel regional podrían convertirse en un problema para el candidato a canciller, Gerhard Schröder, quien, antes de conocerse los resultados, había excluido toda posible colaboración con el PDS. Schröder dijo que los resultados de Sajonia-Anhalt son una «derrota personal» de Kohl y atribuyó el «doloroso» avance de la DVU a las promesas incumplidas del canciller. Schröder hizo una distinción entre la ideología del DVU y sus votantes, a los que ve como víctimas de la crisis y pretende recuperar. Aunque se negó a hacer recomendaciones a Höppner, el candidato a canciller insistió en la necesidad de un Gobierno «estable» en Sajonia-Anhalt y pareció excluir con ello el «modelo Magdeburgo». Höppner, por su parte, no excluyó anoche ninguna de las opciones excepto la colaboración con el DVU. El político, un hombre resuelto que ya impuso su modelo de colaboración con el PDS en 1994, manifestó que «no habrá ninguna dictadura de Bonn» y la primera obligación de un jefe de Gobierno local es representar los intereses regionales.

En la sede de la CDU en Bonn, su secretario general, Peter Hintze, asumió ayer plenamente la responsabilidad por el desastre electoral. «Los resultados son una clara derrota de la CDU y los motivos hemos de buscarlos en primer lugar en nosotros mismos», señaló.

La DVU es un partido de extrema derecha de carácter racista y xenófobo, que fue fundado en 1987 por el editor muniqués Gerhard Frey, amigo del demagógico derechista ruso Vladímir Zhirinovski. Este grupo ha estado representado brevemente en los Parlamentos regionales de Bremen y de Schleswig-Holstein. Frei es propietario de un consorcio de publicaciones de extrema derecha con una tirada de unos 200.000 ejemplares. El partido tenía a fines de 1996 cerca de 14.500 afiliados. El cabeza de lista de Sajonia-Anhalt, Helmut Wolf, fue rechazado en los estudios de la primera cadena de la televisión alemana por querer aparecer en compañía de Frey.

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