4.000 jóvenes se manifiestan en Granada en defensa de las ayudas al Tercer Mundo

Alrededor de unos 4.000 jóvenes, según la Policía Local de Granada, se manifestaron ayer por el centro de la ciudad para exigir que se respeten los derechos humanos en todos los países del Tercer Mundo y que los países occidentales, España principalmente, hagan efectivos los acuerdos firmados para realizar proyectos de desarrollo en los Estados desfavorecidos. La protesta, llamada Cuarta Marcha para la Solidaridad, estuvo organizada por el colegio de Los Maristas, de Granada, con el apoyo de otros colectivos de inspiración cristiana. La manifestación despertó la sorpresa en la ciudad, ya qu...

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Alrededor de unos 4.000 jóvenes, según la Policía Local de Granada, se manifestaron ayer por el centro de la ciudad para exigir que se respeten los derechos humanos en todos los países del Tercer Mundo y que los países occidentales, España principalmente, hagan efectivos los acuerdos firmados para realizar proyectos de desarrollo en los Estados desfavorecidos. La protesta, llamada Cuarta Marcha para la Solidaridad, estuvo organizada por el colegio de Los Maristas, de Granada, con el apoyo de otros colectivos de inspiración cristiana. La manifestación despertó la sorpresa en la ciudad, ya que movilizaciones de estas características suelen tener un seguimiento minoritario. Los jóvenes recorrieron un trayecto de más de 10 kilómetros que comenzó en la sede del colegio de Los Maristas y concluyó en el Paseo del Salón. Según sus responsables, con esta marcha, se pretenden recaudar fondos para financiar diferentes proyectos de desarrollo en varios países africanos para este año. El dinero se consigue gracias a unos carnés de suscripción y a las recolectas que los niños de Los Maristas hacen por su lado. Tres proyectos concretos son los que los organizadores de la marcha se han propuesto llevar a cabo en 1998: la creación de una escuela de educación primaria en un poblado de Uganda; la construcción de un centro de acogida para familias que viven en la calle y carecen de medios económicos para subsistir, en Madagascar; y fondos de apoyo para los campos de refugiados en la República del Congo y Ruanda.

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