EL JUICIO DEL "CASO BANESTO"

Garzón trabaja, Conde hace vudú

El auto del juez Baltasar Garzón es un fuerte aldabonazo contra la manipulación de la Justicia, un deporte practicado ampliamente en los últimos años en este país. El juez podía admitir, como ha sido normal , la querella de Jacques Hachuel, sin indagar nada. Era lo más fácil. Después, ya se vería. Sin embargo, decidió informarse antes. La fatalidad ha querido que el auto en el cual Garzón rechaza la querella y solicita deducción de testimonio, por presunto delito de falsa denuncia, coincidiese con la declaración de Mario Conde sobre falsedades contables. Conde defendió en el juicio oral del c...

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El auto del juez Baltasar Garzón es un fuerte aldabonazo contra la manipulación de la Justicia, un deporte practicado ampliamente en los últimos años en este país. El juez podía admitir, como ha sido normal , la querella de Jacques Hachuel, sin indagar nada. Era lo más fácil. Después, ya se vería. Sin embargo, decidió informarse antes. La fatalidad ha querido que el auto en el cual Garzón rechaza la querella y solicita deducción de testimonio, por presunto delito de falsa denuncia, coincidiese con la declaración de Mario Conde sobre falsedades contables. Conde defendió en el juicio oral del caso Banesto la tesis de la querella que el juez Garzón ha decidido, a conciencia, archivar.

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El ex banquero, a diferencia de las operaciones de presunta estafa y apropiación indebida, ha declarado conocer los hechos contables cuando ocurrieron. Sin embargo, negó el conocimiento de algunos acontecimientos importantes. Por ejemplo, la carta del 26 de agosto de 1993 de William Ryback, de la Reserva Federal de EE UU, a José Pérez, director general del Banco de España. Preguntaba si los gestores de Banesto eran honrados. Se dice pronto. Conde sí conoció la carta. Fue Pérez -como suele llamar Conde al ex director general- quien citó a Enrique Lasarte para informarle y entregarle un ejemplar para el entonces presidente de Banesto.

Conde declaró ayer desconocer completamente los hechos. Tampoco supo de los problemas en Banesto Banking Corp. (Estados Unidos). Por si acaso, practicó otra vez su rito vudú ya conocido con otras personas. Paulina Beato era la responsable. Vino a decir, con cierta rabia, que le pregunten a ella.

Otra víctima del rito fue Javier Abad, quien en 1994 contó algunas de las irregularidades de la relación Banesto-Oasis. Conde se refirió varias veces, despectivamente, a Abad y sugirió que, tras la intervención, había logrado sobrevivir algún tiempo en la Corporación Banesto, para después marcharse.

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