¿Profesores virtuales?

Me gustaría decirles a las personas responsables del MEC, a los dirigentes sindicales de la enseñanza y a los consejeros de Educación de las comunidades autónomas que gestionan las transferencias, que los funcionarios de enseñanza secundaria no somos profesores/as virtuales y que no sólo tenemos sentimientos y extrañamos a nuestros amigos y familia, sino que incluso, a veces, tenemos la increíble osadía de añorar, una mañana de domingo, el color y el olor de las calles de nuestra ciudad. Debido, sin duda, a nuestra imperdonable condición de personas reales, no podemos remediar sentirnos dester...

Me gustaría decirles a las personas responsables del MEC, a los dirigentes sindicales de la enseñanza y a los consejeros de Educación de las comunidades autónomas que gestionan las transferencias, que los funcionarios de enseñanza secundaria no somos profesores/as virtuales y que no sólo tenemos sentimientos y extrañamos a nuestros amigos y familia, sino que incluso, a veces, tenemos la increíble osadía de añorar, una mañana de domingo, el color y el olor de las calles de nuestra ciudad. Debido, sin duda, a nuestra imperdonable condición de personas reales, no podemos remediar sentirnos desterrados e impotentes trabajando a 500 kilómetros de donde deseamos vivir, mientras acumulamos los ansiados puntos, curso tras curso, para que luego, un 30 de marzo se publique la resolución provisional del concurso de traslados y nos enteremos de que, por ejemplo, para todo Aragón y en la asignatura de lengua castellana y literatura, sólo se ha ofertado una solitaria y desolada plaza. Por eso quiero decirles que convocando concursos de traslados para profesores virtuales que ni sienten ni padecen están cometiendo una terrible equivocación. El curso próximo (cuando ya lleve siete años aprendiéndome de memoria las curvas de la N-II, dejándome el sueldo en gasolina y jugándome de paso el pellejo), muchas personas les agradeceríamos que se convocara un concurso de traslados real para profesores/as reales que sienten, padecen y piensan que si todos estuviéramos un poco más cerca de nuestro entorno afectivo -yo con un par de horas de carretera me conformo- se mejoraría bastante la tan cacareada calidad de enseñanza. Sobre todo la de la asfixiada enseñanza pública.-