Los terroristas alquilaron el piso en octubre por 100.000 pesetas

La etarra María Teresa Pedrosa, de 30 años, natural de la localidad vizcaína de Miravalles, formalizó el contrato de alquiler del piso de la calle de José Laguillo, de cuatro dormitorios y dos baños, el pasado mes de octubre. Aunque el inmueble dispone de una plaza de garaje, la etarra prefirió no alquilarla.Julián G. G., el propietario de la casa, domiciliado en un pueblo de la sierra de Huelva, se negó ayer a dar detalles sobre la identidad que utilizó la etarra para hacer el contrato, alegando que este trámite lo hizo su hijo, también llamado Julián.

La vivienda fue alquilada por un ...

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La etarra María Teresa Pedrosa, de 30 años, natural de la localidad vizcaína de Miravalles, formalizó el contrato de alquiler del piso de la calle de José Laguillo, de cuatro dormitorios y dos baños, el pasado mes de octubre. Aunque el inmueble dispone de una plaza de garaje, la etarra prefirió no alquilarla.Julián G. G., el propietario de la casa, domiciliado en un pueblo de la sierra de Huelva, se negó ayer a dar detalles sobre la identidad que utilizó la etarra para hacer el contrato, alegando que este trámite lo hizo su hijo, también llamado Julián.

La vivienda fue alquilada por un año renovable, por unas 100.000 pesetas al mes., El contacto fue directo (el piso tenía cartel en la terraza), aunque también se anunciaba en una agencia inmobiliaria.

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El dueño del piso, un ingeniero técnico industrial, se sintió muy complacido cuando se presentó María Teresa Pedrosa, de aspecto muy formal, ya que con anterioridad había tenido como inquilinos a cuatro estudiantes que deterioraron mucho el piso.

Sin embargo, la vivienda presenta ahora un aspecto lamentable. La voladura de la puerta blindada -ayer estaba tirada en la calle- destrozó el falso techo del descansillo de la primera planta y dejó el recibidor ennegrecido. Por las rendijas de los tablones de aglomerado instalados a modo de puerta se veía la cocina, con muebles blancos, con un jamón de pata negra casi acabado.

Controlados

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El piso del número 5 de la calle de José Laguillo y los propios terroristas estaban siendo controlados desde hace días por la Guardia Civil, según fuentes del cuerpo, que agregaron que los etarras habían sido sometidos a vigilancia, tanto para impedir un eventual atentado como para conocer si disponían de apoyos y más infraestructura en la ciudad.Los etarras no habían tomado excesivas medidas de seguridad y, en contra de lo habitual, no contaban con un segundo piso de seguridad, según las mismas fuentes. Éstas agregaron que en todo momento hubo tres personas en el piso, por lo que descartaron la posible participación de un cuarto activistas, sugerida por el hecho de que en el inmueble fueran hallados cuatro fusiles ametralladores y cuatro pistolas automáticas.

El comando poseía abundante información sobre la alcaldesa de Sevilla, Soledad Becerril, quien ayer se negó a comentar la posibilidad de que planease atentar contra ella. Becerril sé reunirá hoy con el presidente del Gobierno, José María Aznar, para presentarle el proyecto de la Fundación Jiménez Becerril,cuyo objetivo será fomentar la lucha contra el terrorismo.

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