Ciertos virus y agentes tóxicos

Si desde que fuera descrita por el médico británico James Parkinson, en 1817, esta enfermedad ha sido considerada de origen desconocido, estudios recientes apuntan hacia ciertos virus y agentes tóxicos como posibles causas.Un trabajo realizado por el departamento de Neurología del hospital Clínico de Reed (Reino Unido) y publicado el año pasado en The Journal of Neurology, Neurosurgery and Psychiatry ya establecía una clara relación entre la pérdida de olfato en estos pacientes y el origen de su trastorno.

Los investigadores, tras analizar post mortem el teji...

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Si desde que fuera descrita por el médico británico James Parkinson, en 1817, esta enfermedad ha sido considerada de origen desconocido, estudios recientes apuntan hacia ciertos virus y agentes tóxicos como posibles causas.Un trabajo realizado por el departamento de Neurología del hospital Clínico de Reed (Reino Unido) y publicado el año pasado en The Journal of Neurology, Neurosurgery and Psychiatry ya establecía una clara relación entre la pérdida de olfato en estos pacientes y el origen de su trastorno.

Los investigadores, tras analizar post mortem el tejido cerebral de 73 parkinsonianos, concluyeron que la enfermedad podría haber sido inducida por un virus que habría llegado al cerebro desde la nariz. Este estudio sugiere que ciertos disolventes químicos podrían activar los virus latentes alojados en las vías nasales.

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"También empieza a hablarse como posibles desencadenantes del Parkinson, a partir de una predisposición genética, de componentes medio ambientales, probablemente procedentes de pesticidas", afirma Pedro García Ruiz-Espiga, neurólogo de la Fundación Jiménez Díaz.

Este especialista refrenda la verosimilitud de las nuevas hipótesis con el argumento de que se trata de un trastorno neurológico de la era industrial. "¿Cómo es posible esto", se pregunta, "cuando es un proceso de fácil diagnóstico sólo con la observación de los síntomas? Todo lleva a pensar que la industrialización tiene bastante que ver con su aparición".

Incluso se ha estudiado en modelos animales que la exposición a ciertos pesticidas precipita el Parkinson. También se ha hallado que la prevalencia aumenta en zonas agrícolas y donde se bebe agua de pozos, según García Ruiz-Espiga, que la semana pasada intervino en el acto de presentación de la Federación Española de Parkinson (91 407 95 02).

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