Almunia vaticina una subida de impuestos indirectos para compensar la reducción del IRPF

El secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, vaticinó ayer una subida de impuestos indirectos (IVA y especiales) y de tasas, por la aplicación de la reforma del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) que estudia el Gobierno. A juicio de Almunia, el coste recaudatorio de la reforma será de 1,1 billones en dos años. El líder socialista manifestó que el Gobierno ha vaciado de contenido el Pacto de Toledo y que la Seguridad Social se está financiando con deuda. Se mostró partidario de flexibilizar la jornada laboral, pero contrario a que se haga por ley. Por su parte, Jordi Puj...

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El secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, vaticinó ayer una subida de impuestos indirectos (IVA y especiales) y de tasas, por la aplicación de la reforma del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) que estudia el Gobierno. A juicio de Almunia, el coste recaudatorio de la reforma será de 1,1 billones en dos años. El líder socialista manifestó que el Gobierno ha vaciado de contenido el Pacto de Toledo y que la Seguridad Social se está financiando con deuda. Se mostró partidario de flexibilizar la jornada laboral, pero contrario a que se haga por ley. Por su parte, Jordi Pujol se mostró partidario de rebajar el IRPF, pero se opuso a que el tipo máximo baje hasta el 40%.

A Almunia, que ayer tuvo un encuentro con la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) tras la reunión de la Ejecutiva de su partido, no le costó nada entrar en harina. Tras un crítico repaso a diversas actuaciones del Gobierno, se refirió a la reforma del IRPF haciendo una advertencia previa."El Gobierno dice muchas cosas. Anuncia decisiones que no adopta y adopta decisiones que no anuncia", aseguró. Por ello, dijo, "no me voy a perder por esos vericuetos porque además [Rodrigo] Rato [ministro de Economía] le dijo a [Juan Manuel] Eguiagaray [portavoz del Grupo Socialista] que no tiene por qué seguir las recomendaciones de los expertos".

No obstante, Almunia subrayó que la citada propuesta supondrá una disminución de la recaudación de más de un billón de pesetas (en concreto, 1,1 billones en dos años). Como consecuencia, auguró que el Gobierno subirá otros impuestos indirectos como el IVA y los especiales, así como tasas.

Para Almunia, el nuevo IRPF parte de un hecho comprometido ("bajar los tipos de rentas más altas") y trata de "edulcorar su auténtico compromiso con propuestas confusas para hacer ver que es igual para todos". A su juicio, "debe recuperar el equilibrio en el tratamiento de las rentas independientemente de su origen y sindiscriminar las de trabajo, permitir la financiación de los gastos sociales y tratar mejor a las rentas más bajas y medias, además de no implicar un aumento del déficit público".

Precisamente, el presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, insistió ayer en que la reforma del IRPF tiene que hacerse de forma que no disminuyan tanto los ingresos del Estado que vuelvan a crearse situaciones comprometidas, como un elevado déficit.

Pujol se mostró partidario del rebajar el IRPF, si bien se opuso a que el tipo máximo pase del 56% al 40%, "como inicialmente había previsto el Gobierno". El PSOE pedía en su programa electoral bajar el tipo máximo al 50%.

Pacto "endeble"

Almunia se mostró contrario a un tratamiento fiscal más favorable de los fondos y planes de pensiones que de las prestaciones a la Seguridad Social. "Y estamos a punto", advirtió. Sin salir de este capítulo, aventuró que el Gobierno "va a tener que cambiar la lista de medicamentos [el medicamentazol, porque el actual es una injusticia y una chapuza".Otro de los puntos en los que abundó Almunia fue el Pacto de Toledo. "Habíamos empezado con buen pie, pero ha sido vaciado de contenido. Ha quedado inservible y el sistema de pensiones está mucho más endeble que hace dos años en términos de endeudamiento". A su juicio, "el Gobierno no ha puesto el dinero para las prestaciones no contributivas ni en 1996 ni 1997 ni en 1998 y se está financiando con deuda", que aumenta a un promedio anual de 300.000 millones. Sobre este punto, aseguró: "Y ha crecido tanto que alguien va a hablar de patrimonio neto negativo". Almunia no quiso hablar de quiebra.

Sí quiso hacerlo de la reforma laboral y señaló que la reducción de la jornada semanal debe hacerse por negociación colectiva y no por ley. Es la única forma de que tenga efecto en la creación de empleo. Recordó su etapa de ministro de Trabajo, para asegurar que cuando se redujo por ley la semana de 43 a 40 horas no significó nada en la creación de empleo.

Apostó claramente por la moneda única; pero destacó que el euro no va a solucionar el problema del paro. Pidió dinamizar la inversión; hacer mayor esfuerzo educativo; esforzarse en reorientar el sector servicios hacia los nuevos yacimientos de empleo e intensificar las políticas activas de empleo. Y aprovechó para lanzar una andanada: "Hay mucho liberal, pero poco liberalizador [ ... ] La liberalización se hace con trampa, se confunde privatizar con liberalizar".

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