Cartas al director

Sí, obra maestra

Quisiera contestar a la carta enviada a EL PAÍS el pasado lunes 9 de febrero en la que una lectora criticaba con extrema vehemencia y reducía a la categoría de "soporífero aburrimiento" a la magistral película Titanic, y además sin dar ningún argumento más que la descalificación y el insulto a la cinta, a su director e incluso a los aficionados al cine -probablemente, y por lo que decía, no tan buenos como ella, ni siquiera Ángel Fernández Santos-, pero al fin y al cabo aficionados, que también merecemos un respeto.Pues señora Berta Maroto, a mí Titanic no sólo no me parece "un i...

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Quisiera contestar a la carta enviada a EL PAÍS el pasado lunes 9 de febrero en la que una lectora criticaba con extrema vehemencia y reducía a la categoría de "soporífero aburrimiento" a la magistral película Titanic, y además sin dar ningún argumento más que la descalificación y el insulto a la cinta, a su director e incluso a los aficionados al cine -probablemente, y por lo que decía, no tan buenos como ella, ni siquiera Ángel Fernández Santos-, pero al fin y al cabo aficionados, que también merecemos un respeto.Pues señora Berta Maroto, a mí Titanic no sólo no me parece "un insulto al buen cine y a los cinéfilos", sino que creo que es una excelente película, dirigida con verdadera exquisitez y buen gusto por James Cameron y que, además, no tiene ninguna carencia ni en la forma ni en el contenido. Llevada con maestría a través del hilo conductor de una magnífica historia de amor.

Tampoco se puede decir que sea una película superficial; opino, por el contrario, que, cuando menos, invita a la reflexión, ya que me refleja la crueldad de la lucha desesperada por la supervivencia, en la que se selecciona el derecho a vivir en base a la posición social que ocupe la persona.-

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