Montaña rusa

Como la vagoneta de una montaña rusa, la Bolsa se deslizó ayer a toda velocidad hacia un pánico que no se confirmó finalmente. La razón del sube y baja: la preocupación por la crisis asiática y la ansiedad ante el comportamiento de Wall Street, que el viernes había sufrido un importante desplome.En un ambiente tenso, del que es buena muestra el importe negociado, 117.580 millones de pesetas, el mercado madrileño logró recuperar posiciones a lo largo del día. Contribuyó a ello la apertura del mercado neoyorquino, en el que se consiguió atajar el pesimismo inicial y las pérdidas.

Finalmen...

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Como la vagoneta de una montaña rusa, la Bolsa se deslizó ayer a toda velocidad hacia un pánico que no se confirmó finalmente. La razón del sube y baja: la preocupación por la crisis asiática y la ansiedad ante el comportamiento de Wall Street, que el viernes había sufrido un importante desplome.En un ambiente tenso, del que es buena muestra el importe negociado, 117.580 millones de pesetas, el mercado madrileño logró recuperar posiciones a lo largo del día. Contribuyó a ello la apertura del mercado neoyorquino, en el que se consiguió atajar el pesimismo inicial y las pérdidas.

Finalmente, el índice Ibex 35 perdió tan sólo un 0,87% y cerró a 7.390,54 puntos. Una pérdida muy moderada, en línea con lo que sucedió,en los principales mercado europeos -Londres perdió un 1,35%, París un 1,96% y Francfort un 2,43%-. El nerviosismo, en cualquier caso, amenaza con hacerse crónico.

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