Entrevista:

"Pronto habrá que correr con mascarilla por Madrid"

Es el tragamillas de Vallecas. Se come los kilómetros zancada a zancada y parece que no le cuesta ningún esfuerzo. Tiene la figura típica del corredor de largas distancias. Es muy delgado, sólo pesa 54 kilos y mide 1,66 metros. Tiene el caminar ligero y la mirada limpia. Siempre viste ropa deportiva porque se pasa la vida entrenado, no en vano corre una media de 25 kilómetros al día. A sus 26 años ya ha cumplido el sueño de su infancia: proclamarse: vencedor de la carrera más popular de su barrio: la San Silvestre Vallecana. En la última edición de esa prueba, la 33ª celebrada el último día de...

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Es el tragamillas de Vallecas. Se come los kilómetros zancada a zancada y parece que no le cuesta ningún esfuerzo. Tiene la figura típica del corredor de largas distancias. Es muy delgado, sólo pesa 54 kilos y mide 1,66 metros. Tiene el caminar ligero y la mirada limpia. Siempre viste ropa deportiva porque se pasa la vida entrenado, no en vano corre una media de 25 kilómetros al día. A sus 26 años ya ha cumplido el sueño de su infancia: proclamarse: vencedor de la carrera más popular de su barrio: la San Silvestre Vallecana. En la última edición de esa prueba, la 33ª celebrada el último día del año pasado, sorprendió a todos los aficionados cuando pegó un fuerte tirón y dejó atrás a corredores como Enrique Molina e lsaac Viciosa, los favoritos para cruzar meta en primera posición. Lleva el pelo cortado a cepillo y un pendiente le traspasa la oreja izquierda. Es afable, sonriente, sacrificado y trabajador. Pero, sobre todo, corre como las liebres y, hoy por hoy, es el ejemplo a seguir para muchos chavales de su barrio.Pregunta. ¿Cómo se aficionó al atletismo?

Respuesta. De pequeño era muy deportista, sobre todo futbolero. Con 16 años mi vecino, amigo de siempre y también atleta Julio Melero, que ahora corre los 400 vallas, me dijo que por qué no me apuntaba a una carrera que se disputaba en el barrio. Llegué a la prueba poco antes del pistoletazo de salida, que iba a sonar a las diez de la mañana. La noche anterior me la pasé de juerga con mis amigos hasta tarde y no estaba en las mejores condiciones para correr. Además, iba a competir con gente que se lo tomaba muy en serio y estaban calentando músculos antes de empezar. Pero luego, al final de la prueba, fui yo quien entró primero en meta. Sólo tenía 16 años y esa victoria me marcó.

P. ¿Y desde entonces?

R. Desde ese momento me enganché al atletismo.

P. ¿Es Madrid buena ciudad para correr?

R. Tenemos que ir con cuidado, porque los conductores no respetan a los peatones.

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P. ¿Dónde entrena?

R. En Moratalaz. Me considero hijo adoptivo de ese barrio porque me he pasado casi diez años corriendo de lunes a sábado por sus calles.

P. Con todas las calefacciones y los coches que hay en la ciudad, ¿se puede correr sin respirar aire contaminado?

R. Hay veces que me escapo a correr a la Casa de Campo, porque allí está el aire más limpio de Madrid. En Moratalaz el aire no está mal del todo, porque es un barrio que está en alto. Pero, por lo general, en Madrid hay mucha contaminación. Pronto habrá que correr con mascarilla.

P. ¿Se ha hecho famoso en el barrio a raíz de vencer la San Silvestre Vallecana?

R. La verdad es que antes algunos del barrio se reían de mí cuando salía a correr con las mallas puestas, pero, desde que he ganado, me respetan.

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