Información 'kamikaze'
Hace ya muchos años decidí suscribirme a su periódico por considerar que era el mejor de todos los diarios de Madrid, tanto en lo que se refiere a profesionalidad de sus colaboradores como en rigor y objetividad en la publicación de las noticias.Hoy sigo pensando que su diario es mejor que los demás, pero las diferencias se acortan peligrosamente, y no tanto porque los otros hayan mejorado, abandonando una forma de decir las cosas que a mí me parece panfletaria y carente de rigor, sino porque EL PAÍS se acerca peligrosamente a esa tendencia.
Todo periódico es perfectamente dueño de mant...
Hace ya muchos años decidí suscribirme a su periódico por considerar que era el mejor de todos los diarios de Madrid, tanto en lo que se refiere a profesionalidad de sus colaboradores como en rigor y objetividad en la publicación de las noticias.Hoy sigo pensando que su diario es mejor que los demás, pero las diferencias se acortan peligrosamente, y no tanto porque los otros hayan mejorado, abandonando una forma de decir las cosas que a mí me parece panfletaria y carente de rigor, sino porque EL PAÍS se acerca peligrosamente a esa tendencia.
Todo periódico es perfectamente dueño de mantener una línea editorial y expresar sus opiniones según una determinada línea de interpretación. Ahora bien, existen noticias, acontecimientos, opiniones y comentarios de terceras personas que un periodista debe reseñar y dejar a los lectores que las interpreten; o, por lo menos, utilizar una inteligente y sutil interpretación subliminal para que seamos nosotros, los que leemos, quienes seamos llevados a pensar que lo que el periodista dice lo decimos nosotros. EL PAÍS ha abandonado esa sutileza subliminal para acercarse a la información kamikaze y subjetiva que ha sido, y continúa siendo, bandera de otros periódicos de menor prestigio. Y ello, a los que nos mantenemos fieles a un periódico que en su día nos gustaba leer, nos está llevando a pasar por las páginas de su diario de manera ligera y muy crítica, a no compartir muchas de las subjetivas interpretaciones de sus redactores y a echar de menos una forma de presentar las noticias que nos permita, a los que presumimos de tener ideas e información sobre algunos temas, sacar nuestras propias conclusiones de los hechos-