Vidal-Quadras equípara el nacionalismo de Pujol, Arzalluz y Beiras al de Karadzic
Aleix Vidal-Quadras, el ex presidente del Partido Popular (PP) en Cataluña, ataca de nuevo. El miércoles por la noche recibió los entusiásticos aplausos de las 600 personas que asistían a una cena organizada por la Fundación Concordia, que él preside, durante la que pronunció un virulento discurso contra el nacionalismo catalán, aunque también contra el vasco y gallego. De estos "micronacionalismos disgregadores", que define también como "identitarios", dijo cosas como éstas: "La adoración ciega a la diosa identidad nos lleva a Bosnia y sus sacerdotes son los Karadzic de turno".
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Aleix Vidal-Quadras, el ex presidente del Partido Popular (PP) en Cataluña, ataca de nuevo. El miércoles por la noche recibió los entusiásticos aplausos de las 600 personas que asistían a una cena organizada por la Fundación Concordia, que él preside, durante la que pronunció un virulento discurso contra el nacionalismo catalán, aunque también contra el vasco y gallego. De estos "micronacionalismos disgregadores", que define también como "identitarios", dijo cosas como éstas: "La adoración ciega a la diosa identidad nos lleva a Bosnia y sus sacerdotes son los Karadzic de turno".
Por si quedaban dudas, se refirió así a los líderes, de estos denostados nacionalismos: "Lo que Jordi Pujol, Xabier Arzalluz o Xosé Manuel Beiras sienten por Cataluña, el País Vasco y Galicia no es amor sino deseo concupiscente; no están por la caricia sino por la sevicia; no abrazan, someten".
Aunque el PP no ha decidido todavía el sentido de su voto en el proyecto de ley de política lingüística que elabora el Parlamento autónomo, Vidal-Quadras aseguró que sólo puede ser negativo y anunció que ésa será su posición. Advirtió a Alberto Fernández Díaz, su sucesor en la presidencia regional del partido, que "el sólo pensamiento de una abstención, contemplada además por motivos de coyuntura, produce náuseas". Especial atención dedicó a atacar la enseñanza en catalán que, según él, ha convertido al sistema escolar catalán "en un gigantesco campo de reeducación, con sus celadores, guardianes, comisarios políticos y hasta torturadores".