Cartas al director

El circo nacional

Según parece, el problema de los nacionalismos radicales se reduce a dos sentimientos contrarios que pugnan en todos nosotros: el de bastarse a sí mismo y el de darse a los demás. El primero es tanto mayor cuantas más cosas se cree que se poseen, y el segundo, cuantas más se cree que se comparten.Como la realidad histórica es la que va guiando nuestros pasos por el presente, no debemos olvidar que el pueblo occidental que se asentó en suelo europeo, y aun americano, se fue diversificando en su expansión, surgiendo así formas variadas de organización social, política, cultural. Cada uno de los ...

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Según parece, el problema de los nacionalismos radicales se reduce a dos sentimientos contrarios que pugnan en todos nosotros: el de bastarse a sí mismo y el de darse a los demás. El primero es tanto mayor cuantas más cosas se cree que se poseen, y el segundo, cuantas más se cree que se comparten.Como la realidad histórica es la que va guiando nuestros pasos por el presente, no debemos olvidar que el pueblo occidental que se asentó en suelo europeo, y aun americano, se fue diversificando en su expansión, surgiendo así formas variadas de organización social, política, cultural. Cada uno de los miembros de ese gigante ha ensayado, experimentado cambios y retomado iniciativas del pueblo vecino, cosa que ocurre hoy del mismo modo.

Olvidando este pasado, creeremos que lo nuestro no es de nadie más y nos basta para seguir adelante. Mejor es saber de dónde parte todo, compartir, respetar las diferencias. En la época de las mayorías, el espectáculo de las pistas pequeñas no debe perder de vista el de la principal, pues hay puestas muchas miradas en sus actuaciones, himnos y banderas.-

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