La sociedad heredera de la Expo asegura que el coste final ascenderá a 160.000 millones

La Exposición Universal de Sevilla alcanzará un coste total de 160.000 millones de pesetas -130.000 millones de pérdidas y 30.000 millones de subvenciones- cuando sus bienes queden liquidados en el año 2000, según. afirmó ayer en el Congreso Juan Manuel Betés, presidente de AGESA, sociedad heredera de la Expo. Con su comparecencia ante la Comisión del Tribunal de Cuentas -la primera de una persona que no es el presidente de ese tribunal- el Grupo Popular logró difundir una cifra que multiplica por cuatro la de las pérdidas detectadas en la Expo hasta diciembre de 1992.

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La Exposición Universal de Sevilla alcanzará un coste total de 160.000 millones de pesetas -130.000 millones de pérdidas y 30.000 millones de subvenciones- cuando sus bienes queden liquidados en el año 2000, según. afirmó ayer en el Congreso Juan Manuel Betés, presidente de AGESA, sociedad heredera de la Expo. Con su comparecencia ante la Comisión del Tribunal de Cuentas -la primera de una persona que no es el presidente de ese tribunal- el Grupo Popular logró difundir una cifra que multiplica por cuatro la de las pérdidas detectadas en la Expo hasta diciembre de 1992.

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Mientras el Grupo Socialista resaltó que AGESA ha prestado un importante servicio para reutilizar los bienes de la Expo y atraer inversiones privadas a la isla de la Cartuja, los populares subrayaron insistentemente las pérdidas generadas por la Exposición e Izquierda Unida interpretó que ese acontecimiento no sirvió de locomotora para crear empleo en Andalucía sino "de excusa para el enriquecimiento de unos pocos". El Partido Nacionalista Vasco (PNV) dio al asunto dimensión de "problema de Estado" y pidió que se esclarezca la gestión de la Expo para estudiar después las posibles responsabilidades. CiU anunció que solicitará al Tribunal de Cuentas un informe de fiscalización de AGESA y Coalición Canaria recordó que no se cumplieron ninguna de las promesas realizadas a Canarias con motivo de la celebración del V Centenario.Para explicar la diferencia conlas cifras aportadas por el Tribunal de Cuentas, que situaba en 35.000 millones de pesetas las pérdidas acumuladas hasta finales de 1992, el presidente de AGESA señaló que ha sido en estos últimos años cuando se han convertido en certezas, y en cifras exactas, los indicios de sobrevaloración de activos y otros muchos costes que tienen su origen en la preparación y realización de la Expo. De los 121.545 millones de pérdidas contabilizadas hasta este momento, el 98% corresponden al periodo 1982-1992. En este momento están pendientes de devolución 34.500 millones de pesetas de un crédito multidivisa adquirido en 1993, que generará de aquí al año 2000 gastos Financieros de algo más de 6.000 millones de pesetas.

Hasta este momento, el Estado ha aportado a la Expo 188.651 millones de pesetas, cifra que en el año 2000 ascenderá a 228.000 millones. Para conocer el saldo final, a esa cantidad habrá que restar lo que el Estado ya ha recibido, unos 45.000 millones materializados en obras, y el producto de la liquidación de todos los bienes de la Expo. Ese coste final se situará, según el presidente de AGESA, en tomo a los 160.000 millones de pesetas, de los que 130.000 corresponderán a pérdidas y el resto a subvenciones diversas.

El presidente de AGESA -nombrado en junio de 1996 bajo el Gobierno del PP- consideró acertado, en coincidencia con el Grupo Socialista, que la Expo no quedara disuelta de la noche a la mañana, cuando tenía un importantísimo patrimonio inmobiliario y créditos pendientes de pago. Pero certificó, en discrepancia con la tesis del PSOE y en línea con el Partido Popular, que AGESA no es una sociedad de nueva creación cuyas cuentas no se pueden superponer a las de la Expo, porque heredó su patrimonio y recibió la misión de liquidarlo de la manera más útil posible. El no haber disuelto la Expo evitó que en 1993 -año en que hubo elecciones legislativas- se cerrara el balance y afloraran las pérdidas, pero a la vez facilitó la reutilización de sus instalaciones e inversiones, cosa que no ha ocurrido en otras Exposiciones Universales, según destacó el portavoz socialista, Sergio Moreno.

Betés aseguró que desde 1993 a 1996 la gestión de AGESA no fue eficaz ni eficiente, entre otras cosas porque el plan de ajuste llevado a cabo ahora ha permitido reducir sus gastos corrientes de 600 millones a 400 millones al año. Igualmente crítico fue con Cartuja 93, creada para promocionar el parque tecnológico, por no haber cumplido hasta ahora sus objetivos y haber costado al erario público, desde 1993 hasta 1997, 2.050 millones de pesetas. No obstante, defendió que la liquidación de los bienes de la Expo debe hacerse despacio para facilitar que Cartuja 93 logre que lo invertido en la isla alcance la mayor rentabilidad posible.

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El presidente de AGESA acudió a la comisión con amplia documentación, con la que especificó incluso la pérdida de valor de cada uno de los edificios.

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