Defensa y acusación discrepan de la sentencia sobre la niñera británica

La resolución de los recursos judiciales puede tardar dos años

El caso de la niñera inglesa Louise Woodward no está cerrado. Tanto la defensa como la acusación confirmaron ayer que piensan recurrir la decisión salomónica adoptada el lunes por el juez Hiller Zobel. La defensa insiste en que Woodward es inocente y quiere rehabilitar su nombre; la acusación desea que se restablezca el veredicto inicial del jurado popular. Los recursos judiciales pueden tardar dos años en resolverse.

Woodward disfrutó ayer de su primer día de libertad. La niñera, que ha pasado en la cárcel 279 jornadas, no puede abandonar el Estado de Massachussets hasta que se res...

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El caso de la niñera inglesa Louise Woodward no está cerrado. Tanto la defensa como la acusación confirmaron ayer que piensan recurrir la decisión salomónica adoptada el lunes por el juez Hiller Zobel. La defensa insiste en que Woodward es inocente y quiere rehabilitar su nombre; la acusación desea que se restablezca el veredicto inicial del jurado popular. Los recursos judiciales pueden tardar dos años en resolverse.

Woodward disfrutó ayer de su primer día de libertad. La niñera, que ha pasado en la cárcel 279 jornadas, no puede abandonar el Estado de Massachussets hasta que se resuelven los recursos.La mayoría de los norteamericanos, según las encuestas, aprueba la decisión del juez Zobel de reducir el veredicto desde asesinato con intención y malicia a homicidio involuntario. Pero una mayoría cree que el magistrado fue demasiado benevolente al considerar que el tiempo pasado en prisión es castigo suficiente para la canguro. Por el contrario, la reacción en el Reino Unido ha sido unánime: alegría y aprobación.

Woodward, según el juez Zobel, no golpeó contra un objeto duro la cabeza del pequeño Matthew Eappen para matarlo, el pasado 4 de febrero. Según el magistrado, la joven, "frustrada por su incapacidad para calmar los lloros del bebé", fue "un poco ruda con él", lo que pudo reabrir una vieja herida en el cráneo de Matthew. En su llamada a la policía tras entrar el niño en coma, Woodward reconoció: "No he sido con el bebé todo lo amable que debería".

La canguro, según el juez, actuó con "confusión, inexperiencia, frustración, inmadurez y algún enfado, pero no con maldad en el sentido legal". Zobel ha usado un privilegio existente en Massachussets, según el cual un juez puede rectificar el veredicto de un jurado popular en virtud de un estudio de todos los elementos.

Zobel no ha descalificado técnicamente al jurado, al que, subraya, sólo se le habían presentado dos opciones: inocencia o asesinato en segundo grado, o sea, con intención y malicia. Lo que ha hecho ha sido desautorizar a la defensa por no haber aceptado que al jurado también se le planterara la opción de homicidio involuntario.

El caso ha abierto numerosos debates: uno versa sobre los problemas provocados por el hecho de que los padres trabajen y tengan que dejar a sus hijos en manos de extraños; otro pone el acento en los peligros de encargar el cuidado de los niños a adolescentes más interesados en divertirse que en trabajar; un tercero se centra en la institución del jurado popular y su fácil manipulación en casos emotivos; y un cuarto tiene que ver con la relación de amor-odio existente desde siempre entre EE UU y el Reino Unido.

Gerard T. Leone, el fiscal del caso, dice que no sabe cómo explicar al matrimonio Eappen que el juez ha encontrado a Woodward responsable de la muerte de su bebé pero ha considerado castigo suficiente el que haya pasado en prisión "aproximadamente los mismos días que Matthew pasó con su padre y su madre".

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