Un día en el parque
En la primavera pasada estuve un día de sol, de tantos como tenemos en España, en el parque Juan Carlos I o parque del Olivar. Me llevé a mi hija de 12 años y a una amiga que tiene la misma edad. Fue un día inolvidable, pues tomamos el sol y el aire a placer y nos comimos una gran merienda, con lo bien que saben en el campo la tortilla de patatas con cebolla y el chorizo y el lomo de la olla al estilo de Segovia.No hay que hablar de las atracciones, que tienen a cientos, y los niños no se cansan y uno disfruta de verlos tan felices; además, para terminar la fiesta, nos fuimos, allí al lado, al...
En la primavera pasada estuve un día de sol, de tantos como tenemos en España, en el parque Juan Carlos I o parque del Olivar. Me llevé a mi hija de 12 años y a una amiga que tiene la misma edad. Fue un día inolvidable, pues tomamos el sol y el aire a placer y nos comimos una gran merienda, con lo bien que saben en el campo la tortilla de patatas con cebolla y el chorizo y el lomo de la olla al estilo de Segovia.No hay que hablar de las atracciones, que tienen a cientos, y los niños no se cansan y uno disfruta de verlos tan felices; además, para terminar la fiesta, nos fuimos, allí al lado, al recinto ferial, que estaba la Expo Ocio, y yo me quedé admirado de ver la cantidad de productos españoles que allí se exponían, pues me imagino que detrás de esa enorme exposición tiene que haber un montón de fábricas que son el orgullo de este pueblo trabajador y culto que se llama España.-