Hipocresía
Los niños y adolescentes beben alcohol y se drogan porque funciona a la perfección el pacto de la hipocresía. Hipocresía social, moral, política y familiar.Los padres aseguran que sus hijos no son los que frecuentan la ruta del bakalao, que sus hijos van con los amigos de confianza y acuden a discotecas light. En estos lugares se venden bebidas inofensivas para menores y cierran a una hora prudente y adecuada para menores.
Los empresarios de bares y discotecas aseveran que en sus establecimientos, por supuesto, no se venden bebidas alcohólicas a menores y que se cumple la ...
Los niños y adolescentes beben alcohol y se drogan porque funciona a la perfección el pacto de la hipocresía. Hipocresía social, moral, política y familiar.Los padres aseguran que sus hijos no son los que frecuentan la ruta del bakalao, que sus hijos van con los amigos de confianza y acuden a discotecas light. En estos lugares se venden bebidas inofensivas para menores y cierran a una hora prudente y adecuada para menores.
Los empresarios de bares y discotecas aseveran que en sus establecimientos, por supuesto, no se venden bebidas alcohólicas a menores y que se cumple la ley de protección al menor.
La policía cumple con su deber al hacer cumplir la ley. Los políticos establecen las prescripciones legislativas en las diferentes ágoras. Ya sean municipales, autónomas o nacionales. Aparentemente, en lo formal, todo funciona y la sociedad duerme tranquila...
Pero la realidad nos dice, todos los días, que los hechos demuestran que todos mentimos. Nos interesa no asumir la verdad.
A los padres nos interesa tomar parte de esta hipocresía. Porque es más fácil y cómodo creerse otra realidad que la fomentada por nosotros. Es más fácil dejar a un niño con 13 años en la calle que llenar de contenido su tiempo y llenarle de ilusión su vida. Es más fácil creerse las mentiras de un adolescente que implicarse en su educación. Treinta y seis horas sin venir a casa es porque está en casa de un amigo...
Es más cómodo no manipular su comportamiento y dejar que se lo manipulen en la calle... Es más emotivo decir que soy amigo de mis hijos, aunque jamás haya sido su padre. No olvidemos que los amigos se eligen y a los padres y a los hijos, no. Los adolescentes necesitan a los amigos, pero también a los padres.-