La segunda cita entre Aznar y Almunia confirma las profundas diferencias entre Gobierno y PSOE

El presidente del Gobierno, José María Aznar, y el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, confirmaron ayer, después de tres horas de reunión en La Moncloa, las profundas diferencias que les separan en temas de Estado como la justicia y la política autonómica. Incluso en cuestiones como la política antiterrorista, Joaquín Almunia reprochó al presidente del Gobierno "diferencias de estilo y en algunos elementos de la propia estrategia del Gobierno". No obstante, en esta materia se mostró optimista sobre la posibilidad de alcanzar un amplio acuerdo. Aznar rechazó la petición de Almunia par...

El presidente del Gobierno, José María Aznar, y el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, confirmaron ayer, después de tres horas de reunión en La Moncloa, las profundas diferencias que les separan en temas de Estado como la justicia y la política autonómica. Incluso en cuestiones como la política antiterrorista, Joaquín Almunia reprochó al presidente del Gobierno "diferencias de estilo y en algunos elementos de la propia estrategia del Gobierno". No obstante, en esta materia se mostró optimista sobre la posibilidad de alcanzar un amplio acuerdo. Aznar rechazó la petición de Almunia para que el PP se retire de las causas judiciales en que está personado como acusación, por ejemplo el caso Filesa.

Aznar quiso exteriorizar algunos gestos de deferencia hacia el nuevo secretario general de los socialistas y acudió a la puerta del palacio de la Moncloa para recibirlo, marcando así una visible diferencia de trato frente a Felipe González.Fue una reunión "franca y cordial", según definió Almunia, el segundo encuentro entre el presidente del Gobierno y el líder del primer partido de la oposición. El secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Rodríguez, añadió un tercer adjetivo, "fructífera" y expresó la voluntad del jefe de Gobierno de mantener estos acuerdos con regularidad.

La justicia, uno de los principales caballos de batalla que enfrentan al Gobierno y al PSOE, no encontró ninguna solución en esta reunión. Aznar se ciñó al Libro Blanco de la Justicia, elaborado por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), como guión para encontrar un consenso. Pero a Almunia le pareció insuficiente este marco. "No se trata sólo del funcionamiento de la justicia, sino de analizar el papel de la justicia como papel del Estado", le dijo a Aznar.

Almunia fue muy preciso y pidió a Aznar la retirada del PP en las causas en que está personado, como el caso Filesa, como gesto para evitar la politización de la justicia. También denunció la política de nombramientos llevada a cabo por el Gobierno. Pero Aznar no se responsabilizó de la politización de la justicia, ya que, a su juicio, el Gobierno lleva muy poco tiempo funcionando y los problemas de la justicia vienen de la etapa anterior.

Diferencias autonómicas

Tampoco hubo acuerdo de fondo en política autonómica. Almunia pretendía una revisión del modelo de financiación autonómica de cesión del 30% del IRPF con capacidad normativa a las comunidades autónomas. Le argumentó a Aznar que este modelo había roto el consenso existente en materia autonómica desde 1992, cuando Aznar y Felipe González firmaron los páctos autonómicos. También criticó la manera en que se gestó el modelo, a través de un pacto bilateral con los nacionalistas y su traslado posterior al resto de las comunidades autónomas.

Aznar dejó claro a Almunia que no estaba dispuesto a revisar el modelo de financiación autonómica y se limitó a ofrecer un pacto local, esto es, un acuerdo entre los partidos para que las comunidades autónomas y el Estado cedan competencias a los ayuntamientos. También ofreció a Almunia la continuidad de la reforma de los estatutos de las comunidades de vía lenta, que ya se ha iniciado con éxito en comunidades como Aragón y Castilla-La Mancha.

En materia europea el acuerdo fue más amplio: Almunia confirmó el compromiso del PSOE con el Gobierno en conseguir que España entre en la moneda única. No obstante, hizo algunas observaciones a Aznar, tales como que "la diplomacia de nuestro Gobierno es manifiestamente mejorable.

También le pidió que se evitar a ensanchar los recelos por algunas actitudes que ha mantenido España ante la Unión Europea. "Hemos cedido mucho capital político", le manifestó Almunia.

Dentro de un consenso generalizado en materia de defensa, Almunia presentó algunas observaciones al plan de modernización de las Fuerzas Armadas que ayer mismo aprobó el Consejo de Ministros.

El plan propone que en cinco años se eliminará el servicio militar obligatorio y se procederá a la profesionalización del Ejército. A juicio de Almunia "algunas de estas propuestas, sobre todo en el Ejército de Tierra, no son financiables".

Almunia, dentro de un acuerdo general sobre política antiterrorista, explicó a Aznar su discrepancia sobre el estilo con que el Gobierno aborda esta política. Concretamente se refirió a que el PSOE interpreta que se ha producido una cierta manipulación de la figura de Miguel Ángel Blanco, víctima del terrorismo, cuya expresión máxima fue el recital de la plaza de toros de Las Ventas.

No obstante, Almunia constató que puede existir un amplio campo de coincidencia con el Gobierno en esta materia, lo que también compartió, en nombre de Aznar, el secretario de Estado de Comunicación, en su encuentro con la prensa.

Aznar explicó a Almunia las líneas generales de los presupuestos poniendo de relieve el interés por reducir el déficit, que debe extenderse también a las comunidades autónomas, a fin de que España entre sin problemas en la moneda única.

Este punto contó con el acuerdo del secretario general del PSOE, si bien anunció que presentará a las cuentas del Estado una enmienda a la totalidad por sus discrepancias en su contenido social.

En cuanto a la financiación de la sanidad, Aznar confirmó a Almunia que tanto la cifra como el reparto a las comunidades autónomas lo fijará dentro de un mes el Consejo de Política Fiscal y Financiera.