Gales sera autónoma por menos de 7.000 votos

Con una microscópica ventaja de menos de 7.000 votos, el proyecto autonomista del Gobierno de Tony Blair se libró ayer de un serio revés en Gales tras una reñida votación para dar al principado su primera asamblea desde su abolición por los ingleses en el siglo XV. La debilidad del apoyo al programa de descentralización administrativa emprendido por los laboristas en el poder desde mayo parecía destinada a reforzar y multiplicar las críticas de la oposición conservadora, que calificó los ajustados resultados del referéndum como una expresión de desinterés en las propuestas modernizadoras de Bl...

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Con una microscópica ventaja de menos de 7.000 votos, el proyecto autonomista del Gobierno de Tony Blair se libró ayer de un serio revés en Gales tras una reñida votación para dar al principado su primera asamblea desde su abolición por los ingleses en el siglo XV. La debilidad del apoyo al programa de descentralización administrativa emprendido por los laboristas en el poder desde mayo parecía destinada a reforzar y multiplicar las críticas de la oposición conservadora, que calificó los ajustados resultados del referéndum como una expresión de desinterés en las propuestas modernizadoras de Blair.

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Los partidarios de la creación de una asamblea de 60 miembros con poderes limitados y sede en Cardiff hacia el año 2000 obtuvieron 50,3% del voto en el referéndum del jueves. Los partidarios del no a la asamblea consiguieron el 49,7%. Igualmente sorprendente resultó el elevado índice de participación, poco más del 50%, tras una campaña caracterizada por la apatía y la confusión.Los laboristas y los nacionalistas del partido Plaid Cymru vieron su salvación en las últimas horas del recuento de votos en los 22 distritos electorales, cuando la región occidental de Carmarthenshire les dio una decisiva ventaja de último momento. En Rondda, Neath Port Talbot y Blaenau Gwent, los distritos de los valles galeses donde se dice con humor que los votos laboristas "no se cuentan, sino que se pesan", el apoyo al sí fue decisivo.

Tras cinco horas de tensión, el resultado final cayó como un cubo de agua fría sobre los conservadores que encabezaron la campaña "Simplemente di que no" y que durante la noche habían comenzado a celebrar prematuramente la derrota del proyecto.

Ondeando banderas adornadas, como el simbólico dragón rojo de Gales, centenares de nacionalistas estallaron en júbilo en las primeras horas de la madrugada de ayer. Blair fue veloz en reaccionar ante la salvación de su partido y de la campaña del sí. "Fuimos elegidos con la promesa de modernizar nuestra Constitución y, gracias al pueblo de Gales y Escocia, hemos tomado dos importantes pasos en esa dirección", declaró jubiloso. La semana pasada, el 74,3% del electorado escocés aprobó la creación de un Parlamento de 129 miembros y con potestad para elevar los impuestos, en un paso que devuelve a Edimburgo poderes administrativos por primera vez en 300 años.

Los miembros de la asamblea galesa serán elegidos en 1999 e inmediatamente deberán formar un organismo que, a pesar de que tendrá menos atribuciones que el Parlamento escocés, quedará a cargo del prespuesto de 7.000 millones de libras esterlinas para proyectos de desarrollo económico y social.

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Los resultados reflejan divisiones entre el económicamente deprimido norte de Gales, donde está concentrado el 20% de la población que habla galés, y el populoso y más próspero sur. Sorprendentemente, Cardiff, la futura sede de la asamblea, se pronunció por el no.

El voto contra la asamblea fue particularmente fuerte en la región fronteriza con Inglaterra, hogar de muchos jubilados ingleses donde prevalece un fuerte sentimiento probritánico y se ve con sospecha toda propuesta nacionalista o separatista impulsada por el norte.

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