Guinea Ecuatorial reprocha a Aznar no haber cumplido su palabra sobre Moto
Miguel Oyono, ministro de Asuntos Exteriores de Guinea Ecuatorial, convocó el pasado jueves al embajador de España en Malabo, José María Otero, para presentarle una "protesta formal" por lo que considera "intromisión ilegítima del Gobierno español en los asuntos internos de Guinea". El mar de fondo era la decisión del Gobierno de José María Aznar de mantener el estatuto de refugiado político del opositor Severo Moto.
El pasado martes, el ministro español de Exteriores, Abel Matutes, compareció ante la Comisión correspondiente del Congreso para confirmar el estatuto de refugiado político...
Miguel Oyono, ministro de Asuntos Exteriores de Guinea Ecuatorial, convocó el pasado jueves al embajador de España en Malabo, José María Otero, para presentarle una "protesta formal" por lo que considera "intromisión ilegítima del Gobierno español en los asuntos internos de Guinea". El mar de fondo era la decisión del Gobierno de José María Aznar de mantener el estatuto de refugiado político del opositor Severo Moto.
El pasado martes, el ministro español de Exteriores, Abel Matutes, compareció ante la Comisión correspondiente del Congreso para confirmar el estatuto de refugiado político de Moto, aunque se le exigirá que mantenga "un comportamiento acorde con la hospitalidad que se le brinda". El representante del Partido Socialista Obrero Español, Luis Yáñez, aprovechó la ocasión para criticar el apoyo del Gobierno de Aznar al presidente ecuatoguineano, y aludió a que se ha pasado del apoyo a Moto al apoyo a Obiang. En el mismo sentido se pronunció José Navas, de Izquierda Unida, quien subrayó que el respaldo a Obiang es la consolidación de la dictadura en Guinea y que el presidente de la ex colonia española es "un tramposo en política".Oyono aseguró ayer desde la capital de la ex colonia española que "los pronunciamientos del señor Matutes están en cotradicción con todo lo que se había dicho en conexión con el caso Moto. Está probado que Moto estuvo implicado en un intento de desestabilización armada de Guinea. Y fue el presidente español, José María Aznar, el que aseguró personalmente al presidente Obiang que si se probaba que Moto estaba implicado en esas actividades se le retiraría el estatuto de refugiado".
El ministro de Exteriores ecuatoguineano indicó que su Gobierno no había solicitado la retirada de ese estatuto, y que fue una sugerencia del propio Aznar. Moto fue detenido en mayo por las autoridades angoleñas, que interceptaron en sus aguas un barco cargado con armas y en el que viajaba el propio Moto junto a varios ciudadanos guineanos y dos españoles. El dirigente opositor, destituido poste riormente como presidente del Partido del Progreso, fue deportado a España en el avión del presidente de Angola.
En medios opositores guineanos se hablaba ayer de "congelación" de relaciones, aunque Oyono admitió que Guinea no tenía "ni medios ni capacidad para tomar medidas contra España". El embajador de España en Malabo, José María Otero, que sigue en el mismo destino que ocupaba cuando el inquilino de La Moncloa era Felipe González, se escudó ayer en la discreción de su cargo para no revelar las palabras que le transmitió de viva voz el ministro Oyono el pasado jueves, y se limitó a admitir: "El encuentro no fue especialmente cordial, aunque al final nos despedimos como siempre, dándonos la mano".
El resquemor del Gobierno ecuatoguineano con España alcanzó también a Radio Exterior. Como en otras ocasiones, el único medio independiente de información de que disponen los guineanos fue acusado por Oyono de "hostigar" y "agredir" a su país. Mientras Amnistía Internacional prepara en Londres un llamamiento en favor de dos miembros del partido Fuerza Democrática Republicana, detenidos y torturados por la policía guineana en Bata, en la parte continental de Guinea, Oyono negaba tener conocimiento de estas detenciones. Convergencia para la Democracia Social (CPDS), el principal partido opositor guineano, por su parte, daba cuenta ayer a Efe de la detención, también en la parte continental del país, de siete de sus militantes.