Cartas al director

Canfranc estación

Hace unos días, mientras recorríamos el Pirineo, aceptamos la sugerencia de un cartel de Renfe, "Súbete al tren", para llegar de Jaca a Canfranc. Tras un precioso recorrido, divisamos a lo lejos un maravilloso edificio modemista, enclavado en un idílico paisaje. Al parar el tren, en la denominada "Estación Internacional de Canfranc", pensamos que el maquinista se había equivocado de línea y nos habían acercado a Sarajevo. Cristales rotos, puertas deterioradas, colchones quemados, litronas, maleza entre las vías, moho... en fin, mierda por todas partes, en la estación de un pueblo que no...

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Hace unos días, mientras recorríamos el Pirineo, aceptamos la sugerencia de un cartel de Renfe, "Súbete al tren", para llegar de Jaca a Canfranc. Tras un precioso recorrido, divisamos a lo lejos un maravilloso edificio modemista, enclavado en un idílico paisaje. Al parar el tren, en la denominada "Estación Internacional de Canfranc", pensamos que el maquinista se había equivocado de línea y nos habían acercado a Sarajevo. Cristales rotos, puertas deterioradas, colchones quemados, litronas, maleza entre las vías, moho... en fin, mierda por todas partes, en la estación de un pueblo que no sólo es visitado por cientos de españoles durante todo el año, sino que es una de las puertas de entrada que miles de europeos utilizan, cada año, para acercarse a nuestro país.¿Cómo es posible que hablen de ecología, de ley de residuos, y tengan edificios que forman parte del patrimonio histórico de este país en tan lamentable estado?

La única explicación posible, tras ver la estación de Canfranc, es que quizá el presidente de Renfe piense que África, con todos mis respetos para los africanos, empieza en los Pirineos y que los miles de millones que pagamos en impuestos no son para conservar edificios o mantener unos mínimos niveles de higiene en los servicios públicos, sino, más bien, para pagar el sueldo del señor presidente y de sus numerosos asesores. Le diría al señor Aznar que, antes de volvernos a hablar de lo europeos que somos, visite la estación de Canfranc. Es más, los españoles, o no, no merecemos "subirnos a un tren" para bajamos en un basurero.-

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