TODO EL PUEBLO CONTRA ETA

Herri Batasuna controla el 10% de los Ayuntamientos del País Vasco

Mientras en Álava no hay ningún alcalde de HB y en Vizcaya sólo son siete, en Guipúzcoa los ayuntamientos dirigidos por la coalición suman 18. Eso sí, la práctica totalidad de los alcaldes regentan municipios de reducida población. En Guipuzcoa, únicamente Arrasate (Mondragón) roza los 25.000 habitantes. En Oairtzun, casi 9.000 personas, y en Lezo, alrededor de 5.500, disfruta Herri Batasuna de una mayoría absoluta obtenida en las elecciones del 28 de mayo de 1995.La mayor parte de los demás alcaldes de HB lo son en pueblos que no superan los mil habitantes. En alguno, como Orexa, no viven más...

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Mientras en Álava no hay ningún alcalde de HB y en Vizcaya sólo son siete, en Guipúzcoa los ayuntamientos dirigidos por la coalición suman 18. Eso sí, la práctica totalidad de los alcaldes regentan municipios de reducida población. En Guipuzcoa, únicamente Arrasate (Mondragón) roza los 25.000 habitantes. En Oairtzun, casi 9.000 personas, y en Lezo, alrededor de 5.500, disfruta Herri Batasuna de una mayoría absoluta obtenida en las elecciones del 28 de mayo de 1995.La mayor parte de los demás alcaldes de HB lo son en pueblos que no superan los mil habitantes. En alguno, como Orexa, no viven más de 80 personas. No faltan tampoco localidades en las que la lista de la coalición radical fue la única que se presentó en los citados comicios municipales.

Los escrutinios de los comicios celebrados en los últimos años reflejan que la formación independentista pierde terreno paulatinamente. En las elecciones autónomicas de 1990, HB ganó 13 escaños de los 75 en juego, seis de ellos en Guipúzcoa y cuatro en Vizcaya. Cuatro años más tarde, perdieron dos asientos en el Parlamento de Vitoria. El recuento de sufragios revela una evidente fuga de votos en Vizcaya: de 91.000 papeletas cosechadas en el, 90 pasaron a 76,815 cuatro años más tarde. En Alava, perdieron poco más de dos millares de los 16.000 votos obtenidos.

En el tercer territorio vasco, el vigor de Herri Batasuna es más resistente. Sólo 4.000 personas de las 79.000 que apoyaron a la coalición en 1990 retiraron su respaldo. Pocas dudas hay de que el arranque de la Mesa de Ajuiria Enea y el arrinconamiento político de Herri Batasuna fueron las causas de una pérdida de votos que nunca ha alcanzado la categoría dé sangría.

El secuestro y asesinato el pasado sábado de Miguel Ángel Blanco ha forzado un viraje que pone a HB contra las cuerdas. Salvo que alguno de los miembros del pacto de Ajuria Enea rompa la unidad política contra el partido radical, no es probable que se repitan alianzas que permiten a HB mandar en algunos ayuntamientos. Sin ir más lejos, las disputas entre los partidos que forman el Gobierno vasco -PNV, PSE-EE y Eusko Alkartasuna- ha facilitado el acceso de un miembro de HB al primer sillón municipal en Mondragón. Un sillón que pueden perder después del acuerdo suscrito por los partidos democráticos.

Los socialistas de Guipúzcoa anunciaron ayer que presentarán inmediatamente mociones de censura contra los primeros ediles en los ayuntamientos gobernados por HB. En la propia rama política de ETA, ayer se vivieron episodios poco frecuentes: concejales que guardaron minutos de silencio y, al menos, una dimisión irrevocable, la del edil de Labastida (Álava) Cipriano Berrozpe, que fue achacada a ciertos problemas con la prensa.

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El monolitismo habiltual de HB también se rompió ayer. Mientras dos tercios de los concejales de este partido no asistió a los ayuntamientos para votar las resoluciones de condena, el tercio restante se mostró divididó. El 64% votó en contra y el 36% restante se abstuvo.

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