Editorial:

Tudjman gana

FRANJO TUDJMAN ha sido reelegido presidente de Croacia. Su cómoda victoria, con el 61% de los votos emitidos, era previsible por muchas razones. Tudjman puede presentarse como el padre del Estado independiente de Croacia y como vencedor en la guerra. Ha recuperado militarmente gran parte del territorio ocupado por los serbios tras la proclamación de la independencia en junio de 1991. Y reincorporará la última parte, Eslavonia oriental, gracias a un acuerdo con su homólogo serbio, Slobodan Milosevic.La patrimonialización del Estado alcanzada por Tudjman y su partido, la Comunidad Democrática Cr...

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FRANJO TUDJMAN ha sido reelegido presidente de Croacia. Su cómoda victoria, con el 61% de los votos emitidos, era previsible por muchas razones. Tudjman puede presentarse como el padre del Estado independiente de Croacia y como vencedor en la guerra. Ha recuperado militarmente gran parte del territorio ocupado por los serbios tras la proclamación de la independencia en junio de 1991. Y reincorporará la última parte, Eslavonia oriental, gracias a un acuerdo con su homólogo serbio, Slobodan Milosevic.La patrimonialización del Estado alcanzada por Tudjman y su partido, la Comunidad Democrática Croata (HDZ), hacía imposible que sus rivales compitieran en igualdad de oportunidades. Casi todos los medios de comunicación han estado dedicados a la apología del líder. En estas condiciones, los resultados del socialdemócrata Zdravko Tomac, con un 23%, y del liberal Vlado Gotovac, con un 17%, no son siquiera malos.

Pese a todo, estas elecciones son el principio del fin de la era Tudjman, y para los optimistas se abre la evolución hacia una democracia real, libre del paternalismo que caracteriza la forma de ejercer el poder del presidente. A sus 75 años, y con un cáncer de estómago, es improbable que concluya su mandato de cinco años. Pronto se pondrá a prueba la cohesión del HDZ, más un frente formado por y para Tudjman que un partido, sin más identidad que el nacionalismo y el autoritarismo.

Tudjman ha prometido una fase de mayor bienestar y democracia para este nuevo mandato. Es difícil creer que vaya a ser él quien profundice en la democracia. Es probable que quienes le sucedan estén más dispuestos a asumir la servidumbre que supone gobernar con respeto a la discrepancia y a la libertad.

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