Encontrados en Tánger 23 cadáveres de inmigrantes que viajaban en una patera

El hallazgo de 23 cadáveres cerca de Tánger, víctimas del naufragio de una patera que se dirigía a España cargada con probablemente más de 40 emigrantes ilegales, ha vuelto a poner de actualidad la emigración clandestina a través del estrecho de Gibraltar. Las víctimas, cuyos cuerpos rechazados por el mar comenzaron a llegar a la costa de Tánger el pasado jueves, eran componentes de un grupo más numeroso, por lo que no se descarta que sea mayor el número de muertos en el siniestro.

El grupo al que pertenecían las víctimas se había alojado los días previos en una pequeña pensión del cent...

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El hallazgo de 23 cadáveres cerca de Tánger, víctimas del naufragio de una patera que se dirigía a España cargada con probablemente más de 40 emigrantes ilegales, ha vuelto a poner de actualidad la emigración clandestina a través del estrecho de Gibraltar. Las víctimas, cuyos cuerpos rechazados por el mar comenzaron a llegar a la costa de Tánger el pasado jueves, eran componentes de un grupo más numeroso, por lo que no se descarta que sea mayor el número de muertos en el siniestro.

El grupo al que pertenecían las víctimas se había alojado los días previos en una pequeña pensión del centro de Tánger, que abadonaron el pasado miércoles, informa Efe. Estaba compuesto por personas originarias, en su mayoría, del centro de Marruecos.Los emigrantes habían llegado a la pensión en pequeños grupos, guiados por un intermediario, también originario de la región de Beni-Mellal (centro de Marruecos). Este intermediario, Abdeslam B., que ya era buscado por las autoridades marroquíes por dedicarse a participar como gancho para la emigración clandestina, está perseguido por la Gendarmería real marroquí, según fuentes de la Administración.

Al menos dos personas que componían el pasaje de la patera lograron salvar la vida. Varios testigos afirmaron que uno de los dos supervivientes regresó en la mañana del jueves a la pensión donde habían estado alojados y tras secar la ropa húmeda en la azotea del edificio se fue sin dar explicaciones.

Algunos de los miembros del grupo habían llegado a la pensión acompañados de sus padres o familiares, quienes sabían de antemano que sus parientes se preparaban para intentar alcanzar clandestinamente las costas españolas. Y es que para muchos la emigración clandestina no se concibe como una infracción a la ley. Una opinión reforzada por la inexistencia de esa tipificación en el código penal marroquí.

Por otra parte, el riguroso control que la policía ejerce en la frontera hispano-francesa desde el pasado 16 de marzo, cuando ocurrió en Capmany un accidente en el que murieron 11 inmigrantes magrebíes, no impide que sigan operando las mafias que los introducen en Europa a través de España. El pasado viernes fue interceptado en el paso fronterizo de Le Boulou (Francia), a seis kilómetros de la Jonquera (Girona), un camión en el que se ocultaban 17 inmigrantes de Marruecos y Argelia, informa 16 de los inmigrantes, todos indocumentados, viajaban encima de la carga del remolque en un espacio de sólo 40 centímetros de altura. En la cabina, junto al conductor, iba una argelina que disponía de pasaporte, pero no de visado.

El conductor del vehículo, el italiano Lucio Cipoletta, fue detenido por la policía francesa fronteriza y ayer mismo fue juzgado y condenado a dos años de cárcel. Tres de los inmigrantes fueron devueltos a España y los 14 restantes están pendientes de ser expulsados.

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