El defensor del Pueblo apremia a Interior a solucionar la inmigración en Ceuta y Melilla

El Defensor del Pueblo ha pedido al Ministerio del Interior que adopte "de manera urgente" medidas para solucionar, "desde el respeto a los derechos humanos de la persona, la grave situación en que se encuentran los inmigrantes que actualmente viven en Ceuta y Melilla". El defensor recomienda que se tramiten las solicitudes de asilo en los casos en que proceda y, además, que Interior no expulse a los que se hayan visto obligados a abandonar su país "como consecuencia de conflictos o disturbios graves de carácter político, étnico o religioso".

El equipo de Defensor del Pueblo se reunió h...

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El Defensor del Pueblo ha pedido al Ministerio del Interior que adopte "de manera urgente" medidas para solucionar, "desde el respeto a los derechos humanos de la persona, la grave situación en que se encuentran los inmigrantes que actualmente viven en Ceuta y Melilla". El defensor recomienda que se tramiten las solicitudes de asilo en los casos en que proceda y, además, que Interior no expulse a los que se hayan visto obligados a abandonar su país "como consecuencia de conflictos o disturbios graves de carácter político, étnico o religioso".

El equipo de Defensor del Pueblo se reunió hace unos días en Madrid con representantes de diversas organizaciones no gubernamentales para los problemas derivados de la inmigración y, en especial, de la situación de los centenares de subsaharianos ilegales que hay en Ceuta y Melilla. Como resultado de este encuentro, el defensor ha recomendado al ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, diversas medidas.Una de las recomendaciones es que se analice "la situación individual de todos y cada uno de los extranjeros que se encuentran en Ceuta y Melilla" y que se dé una respuesta adecuada a cada caso. Para eso, pide que se proceda "con carácter inmediato" a tramitar las solicitudes de asilo de aquellos inmigrantes que así lo hayan expresado.

Álvarez de Miranda ha solicitado a Mayor que se permita permanecer en España, por razones humanitarias, a los inmigrantes que, pese a no tener derecho a la concesión de asilo, "se hayan visto obligados a abandonar sus países como consecuencia de conflictos o disturbios graves de carácter político, étnico o religioso".

Al margen de las medidas individuales respecto a cada uno de los cientos de inmigrantes que hay en Ceuta y Melilla, el defensor solicita que la Administración central y la autonómica se coordinen entre sí para "promover eficazmente la acogida de los extranjeros", tanto en centros oficiales como particulares, "para aliviar la situación de marginalidad en que se encuentran". En estas ciudades hay actualmente más de mil inmigrantes, 700 de ellos en Melilla.

Trato digno

Álvarez de Miranda reitera la necesidad de que se dote a las comisarías de Ceuta y Melilla de "suficientes medios humanos y materiales" que permitan tramitar con rapidez la documentación relativa a los inmigrantes. Además, aboga por la "inmediata adecuación" de las instalaciones de acogida, de tal forma que se garantice "un trato digno" a estas personas y se les dé asistencia jurídica adecuada para el reconocimiento de sus derechos.Matilde Fernández, en nombre del PSOE, respaldó la petición del Defensor del Pueblo y recordó que el grupo socialista presentó una propuesta similar durante el pasado debate del estado de la nación.

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Los socialistas demandan que el Gobierno resuelva "con carácter de urgencia y respetando los derechos humanos la situación de los más de mil ciudadanos que se encuentran en Ceuta y Melilla pendientes de su regularización como inmigrantes o como asilados".

El secretario de Estado de Seguridad, Ricardo Martí Fluxá, dijo ayer que "resulta retrógrado pensar que las minorías étnicas constituyen un foco de delincuencia, ya que ser diferente no significa ser un marginado". El viceministro de Interior, que clausuró ayer en Mollet del Vallés (Barcelona) el primer Seminario sobre las Minorías Étnicas y la Xenofobia, añadió: "El extranjero no tiene una vocación predeterminada de marginalidad, sino que su máxima aspiración es la de integrarse en la convivencia normal de una sociedad".

Martí Fluxá señaló como básica "la necesidad de controlar los flujos migratorios", pero sin pensar que "la política de inmigración se diseña a partir de un espíritu represivo". Según el secretario de Estado, "el principio de integración debe ser el criterio que marque el trato que reciba el extranjero una vez llegado".

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