Tribuna:

Barcelona 2004, en el ámbito de la paz

La iniciativa del alcalde de Barcelona de impulsar un encuentro mundial de culturas para el año 2004, en donde se reflexionaría y se discutiría lo que nos une y separa a los pueblos, y que analizaría el papel de la cultura para construir puentes de paz, es sin duda una propuesta interesante, puesto que sólo a través de la cultura y la educación tienen remedio muchas dinámicas conflictivas. Un acontecimiento de estas características ha de permitir, sin duda alguna, abrir ventanas para proyectos de alcance universal, pero también para que se potencien iniciativas más modestas y próximas a la ciu...

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La iniciativa del alcalde de Barcelona de impulsar un encuentro mundial de culturas para el año 2004, en donde se reflexionaría y se discutiría lo que nos une y separa a los pueblos, y que analizaría el papel de la cultura para construir puentes de paz, es sin duda una propuesta interesante, puesto que sólo a través de la cultura y la educación tienen remedio muchas dinámicas conflictivas. Un acontecimiento de estas características ha de permitir, sin duda alguna, abrir ventanas para proyectos de alcance universal, pero también para que se potencien iniciativas más modestas y próximas a la ciudadanía, igualmente efectivas y necesarias. Es más, sin esa primera prueba de lo cercano, posiblemente no será posible construir con seriedad objetivos más ambiciosos. Ahí van, por tanto, algunas primeras sugerencias sobre qué hacer en nuestro entorno más inmediato.Una biblioteca básica, al alcance del mundo.

Vicenç Fisas es investigador del Centro Unesco de Cataluña

La venganza De Don Mendo, de Pedro Muñoz Seca (1920). Intérpretes: Raúl Sender, Maruchi León, Juan Carlos Naya. Dirección: Gustavo Pérez Puig. Teatro Español de Madrid. 6 de junio.

Aunque existen multitud de libros sobre paz, conflictos y aspectos internacionales relacionados con el desarme, todavía es poca la literatura existente en español, o es de difícil acceso por publicarse en canales poco comerciales.

Una contribución muy práctica para la comunidad iberoamericana sería la edición de un centenar de libros sobre aspectos conectados con la cultura de paz, a un precio muy asequible y con un buen despliegue publicitario que asegurara su buena distribución.

Las ciudades hablan de sus experiencias de paz.

Por todo el mundo hay ciudades que han encarado valientemente la violencia y diferentes tipos de conflictividad existente en su entorno, con iniciativas poco conocidas más allá de su propio territorio. Muchas de estas iniciativas surgen de sectores populares, buscando la participación de jóvenes y otras personas que han vivido o han participado en episodios de gran violencia, con el propósito de darles protagonismo en la búsqueda y la construcción de una convivencia más pacífica. En Colombia, Guatemala, El Salvador y otros países, hay municipios pioneros en apoyar estas experiencias, que convendría publicitar para acercar a los diferentes actores implicados.

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En este sentido, sería muy útil crear una revista dedicada exclusivamente a conectar experiencias municipales de paz que cada dos años pudiese convocar un encuentro internacional sobre este tema.

Los hermanamientos, una diplomacia de paz. Miles de ayuntamientos de todo el mundo han hecho hermanamientos con municipios de otros países, rompiendo las barreras que a veces han puesto sus propios estados. Aunque algunos no han sido útiles, muchos otros han sido el punto de partida de un acercamiento entre pueblos, culturas y religiones.

Fortalecer y mejorar los hermanamientos municipales podría ser uno de los propósitos de Barcelona 2004, impulsando un congreso de ciudades hermanadas que permitiera detectar los errores cometidos y proponer mejoras en estas iniciativas.

El 'batallón de paz'. Especialmente en América Latina, muchas personas que en un momento de su vida hicieron uso de las armas para defender sus ideales, después se han desmovilizado y ahora mantienen un compromiso muy activo en la prevención y transformación de conflictos o en iniciativas populares que se enfrentan a la violencia de las grandes ciudades. Barcelona 2004 podría agrupar a estos nuevos batallones de gente comprometida con la paz, poniéndola en contacto y ayudando a planificar actividades transnacionales.

Ningún municipio sin recursos sobre paz. En todos los municipios, grandes o pequeños, debería existir una sección sobre estos temas en todas las bibliotecas y hemerotecas, empezando evidentemente por la colección de libros antes mencionada.

Un centro de reflexión sobre la paz y la prevención de conflictos. Ni en Cataluña ni en España existen suficientes centros dotados con recursos para la investigación, información y difusión de temas relacionados con la paz, el desarme y el estudio de los conflictos.

Además de fortalecer las iniciativas ya existentes, sería conveniente crear un centro bien dotado, supervisado por el Parlament de Catalunya, y con una dotación no inferior a los 100 millones de pesetas anuales. Ese centro sería la semilla para iniciativas que construir después del 2004.

Becas para construir la paz. Los municipios podrían crear un fondo que asegurara que cada año un número importante de personas pudiesen completar su formación académica en temas relacionados con la investigación sobre la paz y los conflictos. Los municipios españoles podrían asumir, por ejemplo, el coste de 20 personas al año.

Premios de investigación sobre cultura de paz.

Cada año, y previa convocatoria pública, los municipios se comprometerían a otorgar cinco premios de investigación sobre estos temas, con una dotación de un millón de pesetas para cada uno de ellos. Los trabajos premiados serían publicados en la colección comentada anteriormente.

Un espacio discreto y abierto al diálogo, en el que los pueblos o colectivos que se encuentran enfrentados puedan ir a hablar, a negociar o intercambiar ideas. La ciudad de Barcelona podría publicitar por todo el mundo su voluntad de poner al servicio de quien lo necesite ese espacio para el diálogo y la reconciliación, y asumiría con generosidad los viajes de algunos encuentros que, por su significación, puedan ser vitales para iniciar o fortalecer procesos de paz.

Barcelona, depósito vivo de la cultura del sur.

Por su privilegiada situación en el Mediterráneo, Barcelona podría crear un espacio cultural donde se concentrarían recursos audiovisuales (películas, vídeos, música, etcétera) de las culturas del sur. Sería un muestrario de la riqueza cultural ahora invisible de los países del sur, y en particular del continente africano. Este espacio también podría invitar, de manera sistemática, a artistas de estos países, haciendo de puente cultural entre el Norte y el Sur.

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