Editorial:

Trucos y amenazas

EN UNA sesión parlamentaria caracterizada por los agrios enfrentamientos personales, el Congreso rechazó el miércoles pasado la creación de una comisión de investigación sobre los GAL, otra solicitada por el PSOE sobre abusos de poder cometidos por el Gobierno actual en los medios de comunicación y la propuesta por el PP sobre injerencias gubernamentales en los medios desde 1982 hasta 1996. Aunque la proliferación de comisiones de investigación no es en sí misma garantía de transparencia y juego limpio, lo cierto es que, el Partido Popular, q ue las exigía airado cuando estaba en la oposición,...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

EN UNA sesión parlamentaria caracterizada por los agrios enfrentamientos personales, el Congreso rechazó el miércoles pasado la creación de una comisión de investigación sobre los GAL, otra solicitada por el PSOE sobre abusos de poder cometidos por el Gobierno actual en los medios de comunicación y la propuesta por el PP sobre injerencias gubernamentales en los medios desde 1982 hasta 1996. Aunque la proliferación de comisiones de investigación no es en sí misma garantía de transparencia y juego limpio, lo cierto es que, el Partido Popular, q ue las exigía airado cuando estaba en la oposición, ahora -desde el Gobierno- no ahorra trucos y amenazas para impedir la creación de las que entiende que le pueden resultar molestas.El episodio del rechazo de las comisiones podría interpretarse como una escaramuza política más, y así cabe entenderlo en el caso de la comisión para investigar los GAL, patrocinada por IU y el PNV, y que seguramente volverá a proponerse. Pero también tiene una significación especial el descaro con que el Grupo Parlamentario Popular ha utilizado los mecanismos parlamentarios para chantajear e impedir la creación de una comisión que investigue las actuaciones del Gobierno en materia de medios de comunicación. Es una evidencia, incluso confesa, que el portavoz del PP, Luis de Grandes -un hombre de otro tiempo-, elaboró su propuesta de comisión investigadora como moneda de cambio para forzar la retirada de la comisión defendida por los socialistas. La táctica del PP de atizar la confusión y colar en el mismo saco la lógica preocupación por lo que sucede hoy con la investigación de hechos que en su día no se denunciaron no es de recibo. Su actitud, revanchista y volcada hacia el pasado, junto con las evidentes carencias de la oposición, justifican el temor a que el Congreso se convierta en un campo de enfrentamiento estéril, en. el que el debate y la confrontación democrática sean sustituidos por el insulto y la arrogancia. Pero ésta, como diría Kipling, es ya otra historia.6 de junio

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En