Don Felipe inicia en Valladolid su primera visita oficial a Castilla y León

"Me acompaña el entrañable recuerdo de mi abuelo don Juan de Borbón, nacido en esta comunidad". Con estas emotivas palabras, a su llegada a Valladolid, comenzó ayer el Príncipe de Asturias su primera visita oficial a Castilla y León. Enmarcada en el programa que le llevará a todas las comunidades del Estado, la gira de don Felipe se prolongará hasta el día 28 y comprenderá las nueve capitales y las principales cabeceras comarcales.

El Príncipe, que participó en las Cortes en una reunión extraordinaria del Consejo de Gobierno, advirtió que el futuro "necesita de voluntad e imaginación pa...

"Me acompaña el entrañable recuerdo de mi abuelo don Juan de Borbón, nacido en esta comunidad". Con estas emotivas palabras, a su llegada a Valladolid, comenzó ayer el Príncipe de Asturias su primera visita oficial a Castilla y León. Enmarcada en el programa que le llevará a todas las comunidades del Estado, la gira de don Felipe se prolongará hasta el día 28 y comprenderá las nueve capitales y las principales cabeceras comarcales.

El Príncipe, que participó en las Cortes en una reunión extraordinaria del Consejo de Gobierno, advirtió que el futuro "necesita de voluntad e imaginación para conseguir un desarrollo equilibrado de las provincias" que constituyen la comunidad castellano-leonesa.Después, don Felipe se desplazó al Ayuntamiento, donde destacó la vitalidad industrial de Valladolid, que lo convierte en 11 un centro de oportunidades". Tras firmar en el Libro de Oro, fue aclamado en el salón de plenos por unos cien niños que ocupaban las tribunas destinadas al público y, ante los miembros de la corporación, indicó que el desarrollo de la ciudad debe basarse "en una mayor participación de sus habitantes, vinculándolos a un entendimiento del ámbito urbano como lugar de intercambio y encuentro y escuchando sus iniciativas para hacerlo más compartido y habitable".

El heredero de la Corona recibió por la tarde la medalla de oro del procurador en las Cortes y ofreció una recepción en el monasterio del Prado a los representantes de las instituciones económicas, políticas, sociales y culturales.