El suboficial bebió gran cantidad de pacharán, según dicen los testigos

Los soldados que declararon ayer ante el juez número 2 de Jaca (Huesca), Fernando Solsona, confirmaron que el sargento Juan Carlos Miravete había ingerido una gran cantidad de pacharán en el tiempo transcurrido entre la cena y la hora de los sucesos, poco después de la medianoche.El juez Solsona tomó declaración a seis soldados y un suboficial que se encontraban en el destacamento de Candanchú de la Escuela Militar de Montaña y Operaciones Especiales, en el que en la madrugada del sábado falleció el cabo Samuel Ferrer.

Fuentes judiciales señalaron a EL PAÍS que "de los testimonios se de...

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Los soldados que declararon ayer ante el juez número 2 de Jaca (Huesca), Fernando Solsona, confirmaron que el sargento Juan Carlos Miravete había ingerido una gran cantidad de pacharán en el tiempo transcurrido entre la cena y la hora de los sucesos, poco después de la medianoche.El juez Solsona tomó declaración a seis soldados y un suboficial que se encontraban en el destacamento de Candanchú de la Escuela Militar de Montaña y Operaciones Especiales, en el que en la madrugada del sábado falleció el cabo Samuel Ferrer.

Fuentes judiciales señalaron a EL PAÍS que "de los testimonios se deduce que la primera versión que se ofreció de los hechos no tiene nada que ver con lo sucedido en el acuartelamiento".

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De los hechos conocidos por el juez se deduce que tras la cena el sargento Juan Carlos Miravete, hijo y hermano de guardias civiles, permaneció en el Hogar del Soldado del destacamento, junto a personal de tropa, consumiendo diversas bebidas, actitud que es habitual los fines de semana. El sargento tomó, según las declaraciones judiciales, al menos una botella de pacharán en apenas dos horas.

Los soldados no dieron importancia a los improperios que les dirigía Juan Carlos Miravete, acostumbrados a sus constantes cambios de carácter en cuanto ingería alcohol con manifestaciones autoritarias e impredecibles.

La situación se complicó, sin embargo, cuando les obligó a ver una película sobre las Fuerzas Armadas, pese a encontrarse en horas de asueto, y posteriormente realizar flexiones y otros ejercicios. En el momento del disparo "estaba completamente fuera de si", según uno de los soldados.

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Fuentes judiciales confirmaron ayer que el sargento Miravete se encuentra hundido, lo que unido a su personalidad inestable ha llevado al juez Fernando Solsona a decretar que cuente con vigilancia médica en la prisión militar para evitar conductas autolesivas.

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