El nuevo primer ministro de Albania dice que la población devolverá las armas

ENVIADO ESPECIAL El primer ministro albanés, descarta prácticamente la posibilidad de celebrar elecciones generales en junio, tal y como está previsto. El socialista Bashkim Fino dijo ayer a EL PAÍS que la situación de Albania no permitirá crear para entonces un clima lo suficientemente sosegado, pese a que está convencido de que los albaneses van a acabar entregando las armas de las que se han apoderado en el saqueo de los arsenales policiales y militares. El jefe del Gobierno de "reconciliación nacional" cree que la ayuda occidental será decisiva en este sentido. Una misión europea discutía ...

ENVIADO ESPECIAL El primer ministro albanés, descarta prácticamente la posibilidad de celebrar elecciones generales en junio, tal y como está previsto. El socialista Bashkim Fino dijo ayer a EL PAÍS que la situación de Albania no permitirá crear para entonces un clima lo suficientemente sosegado, pese a que está convencido de que los albaneses van a acabar entregando las armas de las que se han apoderado en el saqueo de los arsenales policiales y militares. El jefe del Gobierno de "reconciliación nacional" cree que la ayuda occidental será decisiva en este sentido. Una misión europea discutía anoche en Tirana -donde ha reaparecido públicamente el líder socialista Fatos Nano- sus planes de ayuda en materia de seguridad y asistencia económica y humanitaria.

Las cosas van a ir despacio, paso a paso, pero la gente ha empezado ya a devolver el armamento. Tenemos posibilidades de controlar la situación porque el diálogo con los rebeldes ha comenzado", asegura Fino, de 35 años, designado primer ministro hace una semana por imposición de los partidos de oposición al presidente, Sali Berisha. Fino añade que "ellos mismos [los sublevados contra Berisha] van a defender sus ciudades. Desde mañana [por hoy], los ministros van a comenzar a viajar por el país para convencer a los comités locales de que la única alternativa responsable es rendir las armas en poder de los ciudadanos".

Fino, que comenzó pidiendo a la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), el máximo foro de seguridad europeo, el despliegue de 4.000 soldados en Albania, se conforma ahora con "ayuda policial y humanitaria, incluyendo la alimenticia. Ayuda política ya tenemos". La Unión Europea descartó una intervención militar en el país surbalcánico, cuyas instituciones se han ido disolviendo a lo largo de seis semanas de convulsión social.

" Mientras Berisha siga siendo presidente tendrá los poderes que estrictamente le asigna la Constitución", precisa el primer ministro. "Pero los del Gobierno son intocables, y en ése mando yo". Los socialistas (ex comunistas), principal partido opositor hasta la formación la semana pasada de un Gabinete de coalición interino, aprovecharon ayer la reaparición pública de su líder, el reformista Fatos Nano, para pedir a Berisha que abandone el cargo. Nano evitó referirse a la dimisión y se limitó a pedir que el presidente se mantenga al margen de la vida política.

Pese a que Tirana vivió ayer un día tranquilo, el éxodo de refugiados continúa hacia Italia a un ritmo de unos mil diarios. Barcos italianos rescataron ayer a cerca de 800 albaneses de un buque que hacía agua tras quedarse sin combustible. En los puertos de Brindisi y Bari están fondeadas un centenar de embarcaciones albanesas, entre ellas, la práctica totalidad de su simbólica Armada, utilizadas para huir del país surbalcánico.