Juegos de manos

Cinco niños estudian educación infantil. Tienen entre tres y seis años y son sordos. Lourdes, la profesora, también sorda, se comunica con ellos exclusivamente mediante el lenguaje de signos. Algunos llevan apenas unos meses familiarizándose con este tipo de idioma, pero se entienden a la perfección. Tras 20 minutos con ellos, un oyente se da cuenta de que no ha entendido nada de lo que hablan. Deduce sólo lo elemental.Por ejemplo, uno de los niños, Alejandro, se pelea con un compañero. La profesora se pone en jarras y le invita con un gesto a que le diga lo que pasa. El niño le contest...

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Cinco niños estudian educación infantil. Tienen entre tres y seis años y son sordos. Lourdes, la profesora, también sorda, se comunica con ellos exclusivamente mediante el lenguaje de signos. Algunos llevan apenas unos meses familiarizándose con este tipo de idioma, pero se entienden a la perfección. Tras 20 minutos con ellos, un oyente se da cuenta de que no ha entendido nada de lo que hablan. Deduce sólo lo elemental.Por ejemplo, uno de los niños, Alejandro, se pelea con un compañero. La profesora se pone en jarras y le invita con un gesto a que le diga lo que pasa. El niño le contesta y se calma. Aprenden las mismas materias que los niños oyentes de su edad. A los niños de esta primera clase que ha puesto en marcha la enseñanza bilingüe en el Centro Público de Educación Especial de Sordos de Madrid les toca aprender el lenguaje oral por las tardes.

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En la pared hay fotos de los niños y de una tutora, una profesora, otra educadora y una cuidadora. Sólo se oyen risas, llantos y algún quejido. José, el más dicharachero, habla por los codos. Que si se quiere ir a gimnasia, que si es la hora, que si un niño está llorando. Pero todo en silencio

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